Tato es un ser muy especial, puede compartir su tiempo con cualquier niño: desde el más tranquilo, al más inquieto o peleador y todos lo aprecian muchísimo. Me llena de orgullo las palabras de las madres de los otros con halagos hacia él.
La semana pasada, vino un compañerito de colegio a la casa y comenzó a preguntar, camino a casa, en plena calle, esas preguntas que muchas veces nos creímos preparadas para responder:
- ¿Cómo hiciste para tener a Tato si no tiene un papá? Porque hace falta un varón y una mujer…
- Me ayudó un doctor, él tenía espermatozoides de un donante y los unió con el óvulo mío.
- Pero… ¿a mi mamá y a mi papá también lo ayudó un doctor?
- Em… no sé, creo que no, preguntale a ellos…
- ¿Pero cómo se unen un óvulo y un espermatozoide?
- Preguntale a tus padres.
Tato escuchaba con atención y acotaba, pero de pronto dijo: - Pero mami… si un varón dejó sus espermatozoides… entonces yo tengo un padre!? Dudo ahora de que vos seas mi verdadera madre entonces…- Pero Tato… ¿cómo? Vos estuviste en mi panza… tenés dos mamás: Triana y yo.
- ¿El donante era mi papá, tenía novia? Porque entonces mi verdadera madre era esa y no ustedes! ¿Por qué el donante me abandonó?- Tato, a vos no te abandonó nadie, no conozco ninguna persona que te haya abandonado. Y el donante no es tu papá, un papá es alguien que comparte cosas, enseña, reta, juega con su hijo, vos no tenés un papá. El donante no es un papá, él dió espermatozoides para aquellas personas que no podían tener hijos… Después seguimos hablando si?
El amiguito continúa: - ¿Dónde te conociste con Triana? ¿Son amigas y luego decidieron tener a los hijos?
Llegamos a casa y los chicos se sumergieron en la vorágine de juegos, dándome tiempo a pensar nuevas respuestas… llamé a Triana.
Cuando siguió la conversación Tato me preguntó por el donante, los datos que tuviese de él: el color de ojos, si jugaba al fútbol, lugar de residencia… le conté que el donante es anónimo y que es imposible conocer algún dato, exclamando:
- Lo quiero conocer, lo voy a buscar, debe ser alguien parecido a mí... sólo para ver cómo es.
- ¿Qué querés saber?
- No sé… ¿Tinchi tiene la misma sangre que yo? Es del mismo donante?
- Si.
- ¡Qué bueno! ¡Los dos tenemos la misma sangre completa! Porque de vos solo tengo la mitad.
Llegó Triana y le explicamos que donar espermatozoides es como cuando se dona órganos, o sangre, que es un acto noble para aquellas personas que no podemos acceder a lo que deseamos por si solas, o por temas de salud.
- Ya entendí madres.
- ¿Listo?
- Sí.
El día terminó.
La semana pasada, vino un compañerito de colegio a la casa y comenzó a preguntar, camino a casa, en plena calle, esas preguntas que muchas veces nos creímos preparadas para responder:
- ¿Cómo hiciste para tener a Tato si no tiene un papá? Porque hace falta un varón y una mujer…
- Me ayudó un doctor, él tenía espermatozoides de un donante y los unió con el óvulo mío.
- Pero… ¿a mi mamá y a mi papá también lo ayudó un doctor?
- Em… no sé, creo que no, preguntale a ellos…
- ¿Pero cómo se unen un óvulo y un espermatozoide?
- Preguntale a tus padres.
Tato escuchaba con atención y acotaba, pero de pronto dijo: - Pero mami… si un varón dejó sus espermatozoides… entonces yo tengo un padre!? Dudo ahora de que vos seas mi verdadera madre entonces…- Pero Tato… ¿cómo? Vos estuviste en mi panza… tenés dos mamás: Triana y yo.
- ¿El donante era mi papá, tenía novia? Porque entonces mi verdadera madre era esa y no ustedes! ¿Por qué el donante me abandonó?- Tato, a vos no te abandonó nadie, no conozco ninguna persona que te haya abandonado. Y el donante no es tu papá, un papá es alguien que comparte cosas, enseña, reta, juega con su hijo, vos no tenés un papá. El donante no es un papá, él dió espermatozoides para aquellas personas que no podían tener hijos… Después seguimos hablando si?
El amiguito continúa: - ¿Dónde te conociste con Triana? ¿Son amigas y luego decidieron tener a los hijos?
Llegamos a casa y los chicos se sumergieron en la vorágine de juegos, dándome tiempo a pensar nuevas respuestas… llamé a Triana.
Cuando siguió la conversación Tato me preguntó por el donante, los datos que tuviese de él: el color de ojos, si jugaba al fútbol, lugar de residencia… le conté que el donante es anónimo y que es imposible conocer algún dato, exclamando:
- Lo quiero conocer, lo voy a buscar, debe ser alguien parecido a mí... sólo para ver cómo es.
- ¿Qué querés saber?
- No sé… ¿Tinchi tiene la misma sangre que yo? Es del mismo donante?
- Si.
- ¡Qué bueno! ¡Los dos tenemos la misma sangre completa! Porque de vos solo tengo la mitad.
Llegó Triana y le explicamos que donar espermatozoides es como cuando se dona órganos, o sangre, que es un acto noble para aquellas personas que no podemos acceder a lo que deseamos por si solas, o por temas de salud.
- Ya entendí madres.
- ¿Listo?
- Sí.
El día terminó.
6 comentarios:
Buf! A grandes preguntas, grandes respuestas... ¡me las apunto todas! :D
GUAUUU!!!! se me erizo la piel...
bien las respuestas.
saludos
Madre mia, que ametralladora de preguntar ! la mitad no se me habrian ocurrido, tienen una mente estos hijos nuestros... Muy bien explicado, a los dos.
Wow te juro que mientras leía el estomago se me subió a la boca, y a la vez me daban risa sus preguntas, que buenas repuestas diste, es bueno que lo publique sirve de consejo para las madres que saben pronto llegara el interrogatorio, felicitaciones lo hacen muy bien!
A veces no sabemos qué respuestas son las adecuadas hasta que vemos el efecto en Tato. A una semana se ve que ha asimilado la información. Además recordé que en este diálogo me dijo tambien: "Vos debés decir a veces... gracias donante porque gracias a vos puedo tener a Tato y a Tinchi..."
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