jueves, 25 de julio de 2013

Las madres crecen y se vuelven grandes

     Tengo 40, 20 estuve creciendo, 10 equivocándome, 10 ocupándome de cuestiones de la maternidad... Y por más que pretendo que todo me alcance, que nada me afecte, no lo logro. Miles de personas sobreviven pensando lo justo, sin someterse a desafíos, sin multiplicar neuronas, sin sentir culpa, sin hacer exámenes de conciencia, sin preguntarse si al menos una vez merecerían tener algo más, y viven con mi mismo aire que para mi solo eso es gratis.
     A veces me siento cansada de cargar todo el tiempo con mi mismo cuerpo, más lábil, vulnerable y desafiante que mis pensamientos, quizás por eso puedo escribir mientras lo canso, lo distraigo,y me suelta de sus garras grasosas y  obesas.



/Extraño los veranos donde solo jugaba en la playa y mi mamá ponía la lona sobre la arena. / hijo.

/ Porqué no me conformo como otros, porqué??/ paciente.

/ No puedo enfrentar el miedo a la muerte/ paciente con trastorno de pánico.


Miro mis manos y tienen las marcas de cada vez que intenté sacar de modo fallido algo caliente del horno... Dicen que las marcas en la piel tardan más en irse según pasan los años... Metáfora de que los errores cuando uno es grande son más difíciles de
 superar.

Los niños crecen, Tato crece y se vuelve púber…


     Pensamientos de un mal día... Exacto momento de la vida donde intento recordar aquello que de adolescente trataba de no escuchar del discurso de mi mamá... para utilizarlo y no con mi hijo mayor que hoy me hace sentir que no estamos haciendo bien las cosas como madres.
     Tiene casi once pero les aseguro que ya casi dejó de ser niño, o al menos está practicando esas cosas que hacemos los adultos para  alejarnos de los otros: miradas de reojo, de furia, envidia, descontento, premeditación, angustia, desconsuelo, tozudez, desparpajo, confrontación...
     Tiene casi once, lo sentí crecer en mi  panza, lo tratamos con amor, lo deseamos, lo dejamos dormir en nuestra cama hasta que se le ocurrió, le dimos mucho de lo que quiso, le prohibimos mucho de lo que quiso... Pero no alcanzó.
Puedo convencerme, intelectualizar y decir que son intentos de crecer, de despegar, de formar su carácter... Pero hoy no me alcanza.
     Tiene casi once y la fuerza de generarnos un dolor en el centro del pecho como si fuera una piña, de apuñalar dos corazones de mamá al punto de llenarnos de congoja y provocar un estallido de lágrimas.
     Tienes casi once, es sano, pero sordo para escuchar nuestras enseñanzas, ciego para ver nuestros esfuerzos para hacerlo feliz, mudo para pedir perdón, cuadriplejico para dar un abrazo...
     Tiene casi once y no pensé que era tan difícil hacer de él un futuro hombre de bien... 
     Tardé once años casi en darme cuenta que los hijos no son aquello que uno sueña, que uno los entrega libres a la  vida y llega un punto donde realmente depende sólo de ellos el camino que elijan.

/Extraño los veranos donde solo jugaba en la playa y mi mamá ponía la lona sobre la arena. / hijo.

/Yo también te extraño… Por suerte ya cumplió 11 y todo está mas calmo...




11 y 5




11 y 5... toda una vida juntos...

viernes, 29 de marzo de 2013

Proyecto 2013: Calafate- El Chaltén


     Días: 9 (aunque quizás estaría menos en El Calafate y más en el Chaltén)
     Transporte: avión. (Nos hubiera gustado ir por la Ruta 40, pero eran demasiados kilómetros, para los días con los que contábamos.)
     Hospedaje: Sólo reservamos el hostel AONIKENK (info@hostalaonikenk.com.ar) por internet, económico, habitaciones privadas, con baño compartido, super recomendable.
     Compañeros de viaje: con las entrañables amigas hermanas y nuestro sobri del corazón.


1-Calafate: tour por la ciudad y Museo del Hielo
     Llegamos a la mañana, luego de un vuelo adecuado por Aerolineas, con un final maravilloso desde el aire con lagos turquesas, absolutamente redondos (que luego nos dijeron que eran producto de impactos de meteorito en la era de la prehistoria)y luego los grandiosos lagos.
     Con mucho día por delante pero con esa especie de cansancio  de vuelo, comenzamos a hacer un paneo por la ciudad, caminando a la vera del Lago Argentino, pasamos por la bahía donde en invierno se hace la pista más grande natural de patinaje sobre hielo, varios restaurantes y entramos a pedido de los niños a uno que nos arrancaron la cabeza!!!!
     Fuimos a la tarde al Museo del Hielo, Glaciarium. Cuenta la evolución del planeta, distintos estados del hielo… es algo caro, pero a los chicos especialmente les fascina.
     Imperdible el bar de hielo, se debe abonar 90 pesos argentinos aparte, pero tenés canilla libre de bebidas en un lugar muy frío, con vasos de hielo y todo tipo de licores.
     No dejen de probar el Licor de Calafate, fruto típico de allí, de un color morado. Dicen los lugareños que quien prueba se queda a vivir allí o vuelve…

2-Calafate: Laguna de Ninez y Punta Walichu
      Quisimos en este día no estar regidos por los relojes y averiguamos un lugar cercano para visitar.
     Los lugareños nos sugirieron la Laguna de Ninez, una caminata de 2 horas, de baja dificultad, donde rodeando la laguna se observan muchas de las  especies de pájaros del sur. Además se puede apreciar pasando una puerta, la hermosura y calma del lago argentino. Es un lugar maravilloso.
     A la tarde contratamos una excursión a Punta Walichu, que queda  cerca pero no se puede acceder caminando, donde anunciaron que veríamos pinturas rupestres… sólo diré que no vale la pena…


3- El imponente Glaciar Perito Moreno
     Nos levantamos temprano y tomamos un micro que nos llevó al Parque Nacional Los Glaciares. Si sos argentino sale 40 pesos la entrada, si sos extranjero el doble.
     Nos embarcamos en un barco pequeño, donde apretujados comenzamos a buscar las primeras imágenes del imponente dios del hielo.
    Luego fuimos hacia las pasarelas, a medida que nos acercábamos, se escuchaban en todos los idiomas un “Ohhh” y al detenernos frente a las pasarelas, nos quedamos con esa sensación que deben haber tenido, los humanos ante las primeras vistas del fuego… El lugar más sorprendente hasta ahora visto.  

4- Ríos de hielo
     Nos levantamos muy temprano y nos vinieron a buscar para hacer una excursión de navegación por 7 horas, recorriendo entre glaciares un río helado, paisajes maravillosos y muchas fotografías. (valor aproximado 150 dólares valor oficial) Es cierto que las baterías duran menos pro el frío… llevar repuesto!
     Nos sugirieron llevar abrigo, pero si el día está soleado, solo con una camiseta térmica y una campera impermeable, más que suficiente. Eso si… llevar gorra, protector solar, y algo para almorzar porque los costos del barco son muy elevados.
     Desde el comienzo la vista es de ensueño: hielos azulados navegando, pendiendo de las montañas, formando esculturas naturales inimaginables.

5- Minitreking por el glaciar y balcón del Calafate
     Hoy nos bifurcamos, el pequeño y yo fuimos a una excursión en aerosilla, ojo si se sufre de vértigo… donde encontramos más de lo que esperábamos, formaciones geológicas extrañas (sombreros mexicanos) de 85 millones de años de antiguedad, restos fósiles, vegetación típica de montaña, liebres, halcones. Hermosas vistas del Lago Argentino, Cordillera de los Andes, cerros Fitz Roy y Torre de El Chalten. La excursión tiene un valor de 70 dólares aproximadamente y dura 4 horas, con merienda o almuerzo en el lugar.
     Otros partieron al minitreking sobre el glaciar, excursión que se puede realizar a partir de los 10 años, con dificultad media y una experiencia que al día siguiente luego de descansar, pudieron relatar como inolvidable.

6- Bosque Petrificado Las Leonas y llegada al Chaltén
     Alquilamos un auto desde el Calafate a 650 pesos argentinos  por día para viajar al Chaltén. Es un viaje de aproximadamente 3 horas yendo tranquilos, pero antes nos habían dicho que no podíamos perdernos el bosque petrificado.
     Llegamos al parador La leona, antiguamente era un hotel en el medio de la Patagonia, donde recibían viajeros  pasaban la noche. En la actualidad es donde se realiza la previa para el bosque, se abona la entrada  (220 pesos argentinos) que no se puede ingresar sin guía, ya que es privatizado (como mucho de los lugares de la provincia de Santa Cruz), puede ser peligroso y se puede aprovechar muy poco.
     Entramos con una guía muy animado, la caminata duró 2 horas y media, es importante llevar gorro, protector solar y repelente para unas abejas algo molestas.
     A pesar de la corta edad del pequeño, 4 años y medio, pudo tolerar la caminata. Encontramos fósiles, árboles petrificados, caminos similares a la luna.
     A la tardecita llegamos al Chaltén, conseguimos lugar en unas cabañas, donde por 540 pesos argentinos la cabaña, logramos ubicarnos todos.
     Lo poco que vimos ese día nos impactó: un lugar rodeado de montañas, un viento que nos volaba, un lugar 100 por ciento dedicado al turismo, es la Capital del trekking. Nos conectó con esa parte nuestra de ser saludables, aventureros y libres… espero que nos dure…
7- Laguna del Desierto y ascenso al glaciar Huemul
     A eso de las 9 nos levantamos y subimos al auto, para ir hasta la Laguna del Desierto. Me sorprendió la infinidad de paisajes, las cascadas, las lagunas color esmeralda, llenamos nuestras botellas de agua y seguimos viaje hasta la Estancia los Huemules, dejamos el auto y por 35 pesos te dejan ingresar para realizar el sendero al Glaciar Huemul, el trayecto más hermoso y que vale la pena le esfuerzo, con un ascenso entre bosques y parar cuando uno se agota es llenarse de un silencio ensordecedor y una sobredosis de paisajes.
     A la noche, fuimos a cenar a La Cervecería, un sitio donde la amabilidad, la buena comida y la rica cerveza artesanal se dan la mano para dejar al cliente conforme.
8- Chorrillo del Salto  y Mirador
     Ya sabíamos que en este lugar nos resultarían insuficientes los días con los que contábamos.
     Recorrimos 4 km del pueblo a un sitio llamado Chorrillo del Salto, una cascada que se puede llegar caminando, en bici o en auto.
     A la tardecita estuvimos trepando en un mirador y fuimos nuevamente al lugar altamente recomendable de la Cervecería.
     Al día siguiente regresamos al Calafate y emprendimos antes del mediodía la vuelta a Buenos Aires…




Mares de hielo

En el bar de hielo

Lago argentino

Glaciar Perito Moreno

Glaciar colgante

Sombreros mexicanos

Bosque petrificado

El Chalten

Triana en la caminata al glaciar Huemul







Proyecto 2011: Isla de Pascua (averiguaciones)


     Vuelo: Despegar.com 0810-7771010.
               LAN 0810- 9999-526.
     Salida: Octubre 2011- 11.000 pesos o 2760 dólares los 4.
     Hospedaje: Hostal Tojika 0056-9935-80810.
     Hostal_tojika@hotmail.com y hablar con Jimena Flora Pont Icka quien te va a indicar de modo muy amable, como proceder para  (tener en cuenta que le vale la reserva.
Imperdibles!!!
·         Misa de Hanga Roa (Domingo)
·         Playa Anakena (arenas blancas)
·         Playa de Ovacke (arena rosa)
·         Parque Nacional Rapanui (aprox. 60 dólares adultos y 10 dól niños. Tener en cuenta que el vale es por 7 días y se puede usar también para el Volcan Orongo, Rano Kau y Rano Raraku)
·         Cementerio.
·         Amanecer en Ahu Tangariki.

Día 1: Llegada- Hostal Tojika- Caleta Hanga Piko- Cementerio
    Finalmente viajamos por LAN, desde Buenos Aires arribamos a Santiago de Chile (una hora) y tuvimos la alegría de que nos recibieran unas queridas chilenas, que habían estado en casa el año anterior y con quienes entablamos una linda amistad. Estuvimos toda la noche charlando y temprano nos fuimos a tomar el avión a la Isla. (Hay vuelos que uno lo puede acomodar con menos horas de espera, nosotros lo arreglamos adrede así para poder estar con nuestras amigas.) El viaje a la isla es de 6 horas desde el continente, te permiten llevar un plus de peso, ya que existe la opción de llevar algunos productos que allí son muy caros (agua) o no son fáciles de encontrar.
     Los chicos estuvieron entretenidos, mirando pelis y jugando a videojuegos.
     Llegamos, nos esperaba Jimena con un collar hecho de flores del lugar y una sonrisa amplia que permanecería durante toda nuestra estadía. Cargamos todo el equipaje a la camioneta y rumbeamos al Hostal.
     El Hostal Tojika se encuentra al lado del camping, su vista es impresionante: un mar bravío chocando con las piedras, un atardecer donde el sol dora y enceguece quien se encuentra en el lugar.
     Nuestra habitación era cuádruple, a un muy buen precio, con baño privado,  y compartíamos la cocina y el living con los otros viajeros.
     Dejamos todo en la habitación, el grado de excitación que teníamos hizo que rápidamente nos vayamos a caminar. Es rara la primera sensación que provoca un lugar y luego a lo largo de los días cómo va variando, se va haciendo familiar.
     Nos acercamos a un lugar con algunos barcos medianos y pequeños, atraídos por una tortuga grande que descansaba en la orilla. Era la caleta de Hanga Piko. Es de suma importancia, ya que ahí llegan los barcos que traen abastecimiento a la Isla desde el continente. Es un lugar ideal para realizar excursiones y actividades de buceo.
     El clima en Octubre es cálido, con pequeñas lloviznas intermitentes, que no impiden la caminata. Bordeamos la costa, vimos varios moais, una rosa de los vientos que nos indicaba lo inhóspito del lugar en el que estábamos.
     Entramos al cementerio con mucho respeto, respirando la cultura del lugar, con símbolos que representan sus creencias, en un lenguaje de ellos.
     Ya agotados, nos sentamos en el pasto frente al cementerio y contemplamos la caída del sol, sintiendo que estábamos presenciando un espectáculo único en el universo.

Día 2: Misa de Hanga Roa- Cantera de Rano Raraku- Playa Anakena- Ombligo del mundo

    
     Era domingo, el único domingo que estaríamos en la Isla. Nos levantamos y al ir a prepararnos el desayuno, Jimena  (la dueña del hostal) nos había dejado una bandeja con frutos tropicales para que degustásemos.
     Partimos hacia la Iglesia del lugar, desde bastante antes se escuchaba el alegre cantar de los isleños, como un coro organizado. Al ingresar nos sorprendió que quienes cantaban era la misma gente del pueblo. Mezclados con los símbolos cristianos, estaban los de los rapanui.
     Apenas terminó, Fernando nuestro guía, nos esperaba para ir a la cantera de Rano Raraku.
     Abonamos la entrada que luego nos serviría para todos los otros parques.
     En este lugar hay que caminar mucho, Tinchi iba de un hombro a otro de Triana y mío, nos costó bastante la caminata, pero valió la pena.
     Lo llaman la fábrica de los moais, en este lugar se dice que fabricaban todas las esculturas de la isla, hay muchísimos!!! está el moais más grande y otro que es el único descubierto, que está arrodillado.
     Es un lugar maravilloso, impresionante, es el lugar más impactante de toda la isla para mi.
    Por la tarde, nuestro guía, auténtico Rapanui, alto, moreno, cabello lacio y largo, enérgico, nos iba  a sorprender con un almuerzo (empanada gigante frita de pescado) junto al mar, en la playa Anakena, es una playa de aguas cristalinas, palmeras, con un Ahu muy importante. Es hermosa, prometimos volver.
     El día aún no había terminado, subimos a la combi y llegamos a un sitio enigmático, donde hay una roca redondeada, de consistencia similar a metal y piedra, llamado el ombligo del mundo. Nos contaron que en los antepasados había una roca idéntica, que se quedó cada una dos jefes de clanes que eran hermanos. Se enojaron y uno arrojó la roca al mar y está aún perdida.
     Se dice que en ese lugar los relojes se alteran, se mueven los péndulos, se curan los males que nos puedan aquejar.

Día 3: Buceo en Playa Ovahe

     Salvo el primer día, que llovizno, el clima en la isla fue soleado, cálido y húmedo.
     Pactamos con una compañía de turismo realizar buceo en una playa.
     Luego de unos minutos de viaje, bajamos a un lugar paradisíaco, de arenas rosas y mar calmo turquesa, la playa Ovahe.
     Era difícil limitar los sentidos para sólo escuchar el curso de buceo, la mirada se perdía en los colores de la naturaleza.
     Salvo para Tato, que ya había buceado en Argentina, para Triana y para mí era la primera vez que lo haríamos y Tinchi, muy pequeño aún, jugueteaba entre el agua y revolcarse por la arena.
     Primero fue Tato, luego Triana y al llegar a mi turno, mi estómago se revolvía de ansiedad. El instructor que nos había recomendado Jimena, muy bueno, se tomó todo el tiempo para tranquilizarme y comenzar el descenso.
     Apenas me sumergí por completo, un universo más rico comenzaba a aparecer: peces de todos los colores, algas, pececitos globo, peces trompeta, andaban sin asustarse de mi presencia.
     A mi gusto cometí el error de mirar hacia arriba… vi que tenía sobre mi, 10 metros de océano, con mucha fauna,  y mi respiración comenzó a acelerarse. Tuve miedo de que algo me sucediera, pensé en los niños, que al ser yo su mamá biológica y no estar aún casadas, Triana a nivel legal aún no tenía ningún derecho sobre ellos… Comencé a hacer la señal de que me llevara a la superficie, trató de calmarme y lo logré por segundos… pensé: ¿Para qué seguir? Y volví con Tinchi a jugar un rato más en la arena.
     Prometo volver a bucear en otra ocasión.
Día 4: Puna Pau- Ahu Akivi- Tahai

     Nos volvía a pasar que cada vez lo pasábamos más lindo. Ayer festejamos los 4 porque cumplimos 12 años y medio de estar juntas.
     Nuestra idea era alquilar 3 bicicletas para recorrer la isla, pero al llegar al lugar, comprobamos que nos salía lo mismo alquilar un auto, terminamos con esa opción.
      Fuimos a Puna Pau, que es una cantera en un cráter, de escoria roja, que los rapanui utilizaban para realizar los sombreros (pukao) de los moais. Muchos pukaos están como rodando por laderas verdes, como abandonados.
     Luego fuimos a otro de mis lugares preferidos: a Ahu Akivi. Este sitio fue el primer restaurado de toda la isla, es una de las pocas plataformas que aparecen siete moais mirando hacia el mar, que dicen que representan a los 7 navegantes enviados por el rey Hotu Matua a investigar la isla.
     Durante todo el trayecto se observa miles de caballos salvajes cabalgando juntos, llegamos a ver el atardecer a Tahai por segunda vez.

Día 5: volvimos a Playa Anakena

     Nos levantamos temprano, planeando ir en auto a la Playa Anakena. Triana y Tato llevaron sus propios snorkel, yo me quedé en la orilla con Tinchi jugando, tenía frío para meterme.
     Estuvieron largo rato metidos en el agua cristalina, persiguiendo un pez trompeta que los llevó a la profundidad, pero el mar allí en ese sector es tan calmo que no tuvieron miedo.
     A la tarde volvimos al hostal, decidimos quedarnos allí a disfrutarlo. Nos hartamos de comer palta, papaya, mientras se escuchaba el sonido del mar romper en las piedras.
     Al salir de Buenos Aires nos olvidamos el equipo de mate, Triana construyó una bombilla, conseguimos en una tienda una yerba mate vencida y “mateamos” con una vista maravillosa.

Día 6: Cuevas-  Buceo en Anakena- Show nocturno
     Los días se nos iban escurriendo entre los dedos, demasiado veloces. Fuimos temprano con nuestro guía a unas cuevas: recorrimos como 300 metros bajo tierra y en otra entramos por un hueco muy pequeño y finalizaba uno de sus túneles en el borde de un acantilado, con una vista imperdible. Dicen que toda la isla está llena de túneles, algunos aún no investigados, donde los habitantes originarios del lugar se escondían en época de guerra y plantaban distintos arbustos comestibles para subsistir. Aún se observan vestigios de antiguas civilizaciones en su vida cotidiana.
     A la tarde volvimos a Anakena, esta vez a bucear… como Tinchi era muy pequeño, tuve que quedarme con él y se fueron a realizar el paseo submarino Triana y Tato. Al finalizar, comimos unos ricos pescados asados sobre hoja de palmera, deliciosos.
     Por la noche, con la última energía que nos quedaba, fuimos a ver un show de Kari- Kari, un grupo del lugar, que realizan danzas rituales, nativas.
     Cuando ya los niños dormían, hablamos mucho con Triana de los sueños, los proyectos y cómo cambiar nuestro destino.

Día 7: Papa Vaka- Rano Raraku- Volcán Orongo
     Hoy salimos solos otra vez, con ese dejo de añoranza de recorrer distintos lugares, sin saber si los volveremos a ver.
     Al primer lugar que fuimos fue a los Petroglifos de Papa Vaka, donde han quedado grabadas distintas inscripciones que hablan de la vida marina.
     Volvimos a Rano Raraku, la fábrica de los moais… qué habrá sucedido para que todo quedara así como arrojado desde el cielo, abandonado, aún hoy es un misterio.
     Volvimos al pueblo y compramos algunos recuerdos, sin dejar de pasar por las empanadas de la Tía Berta, económicas y deliciosas.
     Al atardecer fuimos al Volcán Orongo, otra maravilla de la naturaleza imperdible.

Despedida

     Nos levantamos y terminamos de hacer las valijas, desayunamos afuera viendo como el día comenzaba.
     La Isla de Pascua no nos dejó a ninguno de los cuatro igual… nos unió como familia, nos hizo sentir que uno de nuestros mayores deseos es convertirnos en viajeros.
     Tomamos el avión a Santiago de Chile y luego el vuelo que nos hizo llegar a Buenos Aires.
     Gastamos en total por persona: (viaje, hostal, comidas y regalitos) 1188 dólares.









Salta y Jujuy


     Nos levantamos temprano con la idea de retornar a Buenos Aires, apenas podía caminar, rengueaba, usando muletas, casi en silencio y consternación nos pusimos a hacer todo el equipaje. Tato, nuestro niño mayor dijo: “Las vacaciones no deben ser perfectas, pero si inolvidables…” Silencio y luego Triana dijo: “ Y si seguimos?”… rumbeamos para el lado contrario y partimos a Salta. Luego de 300 km de paisajes maravillosos llegamos a la Capital.
     Qué belleza su estilo colonial, nos recordó a pequeños pueblos españoles.
     Fuimos al Museo de Alta Montaña donde se exponía las momias de niños incas entregados en sacrificio en la montaña. Era un lugar muy especial, ni siquiera se nos ocurría sacar fotos.
     Salimos y luego de una parrillada, nos fuimos la teleférico, viviendo mi realidad de lisiada, topándome con todas las dificultades que otras personas deben cruzarse a diario.
      Llegamos a las 9 de la noche a Tumbaya, donde íbamos a quedarnos esa noche, pero parecía un pueblo fantasma, no encontramos a ningún ser humano! Finalmente seguimos unos pocos kilómetros a Purmamarca, donde nos hospedamos en una cabaña de piedra.
     Desayunamos dulces y panes típicos jujeños y comenzamos el trayecto hacia las salinas grandes. Al más pequeño le hizo muy mal la altura y vomitó todo el tiempo.
     Triana y Tato se bajaron y disfrutaron del paisaje, con Tinchi los veíamos retozar desde el auto. A la salida con nuestro ánimo aventurero, tomamos el trayecto de tierra de la vieja ruta 40 (no recomendable si amas demasiado a tu auto) y llegamos después de muchos saltos al Pueblo de Abra Pampa.
     Lo primero que nos llamó la atención fue que el cementerio era casi más grande que el pueblo mismo, la gente se la veía agotada, con cara de resignados.
     Conseguimos solo un hotel para quedarnos, donde el dueño nos explicó que es un pueblo absolutamente contaminado, por las minerías que se instalan en ese sitio.
     Triana llevó a Tinchi a una salita y lo trataron porque se había deshidratado. Agotados.
     Ya era el día 22 de viaje, temprano nos fuimos a a la Quiaca, Triana y Tato cruzaron a Bolivia, Villazón, cumpliendo nuestro objetivo!
     Ahora el regreso comenzaba: almorzamos en Humahuaca y pasamos nuevamente por Tucumán donde hicimos noche allí.
     Tres días más tarde, llegamos a Buenos Aires, el equipo algo roto, agotado (especialmente Triana) pero con la misión cumplida.
Jujuy: hospedaje con Cerro de 7 colores




Salar de Córdoba


Tucumán, capítulo aparte


Llegamos a Tafí del Valle y el camino a la ciudad era sinuoso. Queríamos ir a un bello espectáculo de luces y sonidos en la casa histórica, pero no sé por qué motivo estaba cerrada. Nos hospedamos en un lindo hostel.
     Al día siguiente partimos de la ciudad sin saber que  pronto volveríamos.
Volvimos a recorrer los caminos de Tafí del Valle y llegamos para hacer noche en Amaicha del Valle, para ir al día siguiente a la ruina de los Quilmes.
     Amaicha del Valle es un bello pueblo formado por clanes de pueblos originarios, donde rinden honor a la Pacha Mama.
     Tenía mucho de enigmático, parecía todo el tiempo detenerse en un atardecer eterno. A las 21 horas salimos a cenar, bajando un cordón de la vereda caí quebrándome la rótula en una calle de piedra. Me trasladaron a la capital tucumana, me tuvieron que operar y permanecimos 9 días en ese lugar.

Casa histórica.
Tafí del Valle

Caída y rotura


La Rioja y Catamarca


     Datos recolectados previamente:
-      Parque Nacional Talampaya. Recomendable ir por la mañana. (GPS 30° 0 S 68° D 0)
-      Reserva Provincial de Laguna Brava.
-      Cuesta de Miranda--] saliendo del Valle de la Luna, en 12 km-à 320 curvas.
     Día 7: Salimos tempranito de Villa Unión, fuimos al Parque Talampaya        (120 pesos argentinos por persona) maravilloso el cañón, la tierra colorada, la excursión vale la pena realizarla, la vista es alucinante. (Hay opciones para hacerlo en bicicleta) Al finalizar la excursión nos agasajaron con un vinito dulce riojano, aceitunas, dulces. Nos mareamos en el micro al regreso.
     Almorzamos allí y partimos al Valle de la Luna, el Parque Ischigualasto        (150 pesos los 4) muy bonito, pero en general fuertes vientos perjudican la estadía. Como ya era tarde Tinchi se durmió y hubo cosas que no pude ver.
     Importantísimo: ojo si llueve, o se maneja de noche, porque la ruta es con múltiples subidas y bajadas, además de ser atravesada por animales silvestres. Dormimos en la Rioja.

     Camino a Catamarca: Nos levantamos temprano y partimos hacia Chilecito, todo por la 40, hace 25 grados a pesar de la época del año, estamos por pasar la Cuesta de Miranda, caminos enroscados si los hay, pero con paisajes impresionantes.
     Vamos pasando por los pueblos adormecidos por la siesta. Hicimos noche en un viejo hotel de Belén, no sabemos por donde seguiremos.
     A la mañana siguiente desayunamos y partimos, pasando por San José, Las Punillas, Hualfin, encontramos una casa de adobe abandonada, donde nos quedamos jugando un rato.
     Nos detuvimos a almorzar en el pueblo de Santa María antes de encaminarnos a la capital tucumana para ver la ciudad y la casa histórica, cuestión que lo pudimos hacer solo muy tarde.


Parque Nacional Talampaya




Mendoza y San Juan


A las 11 de la mañana salimos para Mendoza, una ruta conocida, ya que Triana tiene familia allí. Al salir a la Ruta comenzamos a tener un estado de felicidad infinita… ella maneja, voy preparando el equipo de mate y comenzamos. Los niños son buenos viajeros, ya que Tato mira por la ventana y Tinchi, se duerme.
     Luego de algunas paradas y once horas de manejo… llegamos a destino en un viaje tranquilo.
     Mendoza está llena de bellezas naturales, que destinaremos otra entrada completa.
     El día 5 de viaje, emprendimos el camino a San Juan. Tomamos por la Ruta 40, pasamos por Uspallata, un lugar recomendable por su tranquilidad, sus paisajes y su preparación para el turismo.
     Es tan grande nuestro país, que en grandes tramos éramos los únicos conductores por la ruta. A las 6 de la tarde, llegamos a San Juan.

Datos importantes de San Juan:
-      Ischigualasto. Se suspende por lluvia. Horario de 8 a 16 hs. Entrada 70 pesos.
-      Conviene alojarse en Villa Unión para ir a Laguna Brava, Talampaya y Valle de la Luna.
-       Parque Nacional el Leoncito. 34 km al sur de Barreal.   

     Día 5: El día anterior contactamos con la Sra Perla (02648441193       ), del barrio de Barreal,  para realizar la Excursión a Parque Nacional el Leoncito. Nos vimos un ratito con ella, para darnos las indicaciones de cómo llegar y nos dirigimos al lugar.
     El Complejo El Leoncito es un observatorio Astronómico, donde además la entrada está llena de saltos, cascadas, un lugar para recorrer, con la opción de sólo realizar una excursión u hospedarse una noche para observar con el telescopio el cielo del lugar. No pudimos observar las estrellas porque estaba nublado, pero realizamos una caminata por el lugar. Tinchi seguía desde ayer con fiebre.
     Día 6: Desayunamos y fuimos a ver el inmenso telescopio antes de abandonar el complejo. Pudimos entretenernos a la salida con las cascadas del lugar y nos detuvimos en la Pampa del Leoncito. Es un sitio donde se practica carrovelismo, una superficie plana de tierra seca. Utilicé mi registro nuevo de principiante y anduve a mi máxima velocidad: ¡45 km! Manejaron también los chicos.
     La fiebre de Tinchi persistía, fuimos a una salita de Barreal, una médica nos atendió muy bien, le dio un antialérgico que lo hizo empezar a mejorar.
     Ya muy tarde, con un tramo de ruta bastante fea, llegamos a Villa Unión, La Rioja. 

                                                                   Paisaje mendocino


                                                 La Pampa del Leoncito, San Juan

                       Agradecimiento a la Pacha Mama, luego de una ruta con muchas curvas


Proyecto 2012: Viaje Ruta 40 Norte: de Mendoza a Jujuy


Buscando por internet (www.ruta40.net, www.ruta-40.com, étc) y charlando con otros viajeros averiguamos lo siguiente:
     Imperdibles:
Jujuy.
Salinas Grandes.
Purmamarca.
Catamarca.
San José.
Los Nacimientos- aguas termales.
Hualfin.
Belén.
Londres- Ruinas incaicas.
La ciénaga.
Puerta de San José.
Salta.
Cachi.
Molinos.
Museo Alta montaña.
Distancias desde la 40:
Quebrada de Humahuaca: 70 km.
Ischigualasto: 50 km.
Talampaya: 70 km.

Nuestra aliada principal: la guía del ACA (automóvil club argentino)
A calentar los motores, el 5 de junio, largamos.

Ser madre, lesbiana y novia de otra mujer por la Ruta 40

     Cuando elegimos destino para viajar, nos guiamos esencialmente por lo que nos dicte nuestro corazón, nuestras ganas, soñamos muchas veces con tomar una ruta y no regresar jamás. (Algún día lo haremos, porque la vida de cumplir sueños se trata)
     Fue un junio de 2012, tiempo aproximado de viaje planeado: un mes.
     Cargamos el auto con muchísimo equipaje: ropa y más ropa, equipo de carpa (ya que a los niños les encanta acampar), algunos alimentos no perecederos, abrigos, guías y cuaderno de viajes.
     Partimos de Buenos Aires (Argentina), hicimos Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy, recorriendo lugares turísticos y no tanto (y luego el regreso.)
     Varias cosas a tener en cuenta (si sos mujer, madre y algo inexperta podés cometer estos errores)
·         El clima en general es seco y caluroso, salvo en aquellos momentos del itinerario donde estás a muchos metros de altura.
·         Cuanto más equipaje, menos lo usarás, porque en un recorrido donde no permanecés muchos días en un mismo lugar, ni siquiera abrirás la mochila.
·         Imperdibles: Parque Nacional Talampaya e Ischigualasto, toda la ruta del adobe, étc.
·         Llevar una muda de ropa para los niños, bolsas de nylon, ya que tienden a apunarse, esto les provoca, mareos, dolor de cabeza y Vómitos!!!
·         Llevar juegos, block de hojas, porque los paisajes son maravillosos, pero a los niños les puede resultar cansador.
·         Aunque vayas en auto: llevar mucha agua potable, ya que los trayectos son extensos y hay pueblos donde el agua no es conveniente tomarla.
·         Cargar siempre combustible, porque hay vastas zonas donde no hay.
·         Confiar en que siempre encontraremos la hospitalidad necesaria para cualquier problema de salud (hemos utilizado varios centros de sanitarios, con una atención excelente, donde ni siquiera tuvimos que mostrar nuestro seguro médico, abonando sólo una mínima consulta.)
·         Todo el equipo de carpa lo llevamos a pasear, ya que si no permanecés muchos días en un mismo lugar, se encuentran hoteles a un precio igual de económico casi que acampar.
     Capítulo aparte: A medida que íbamos hacia el norte, comenzamos a tener dificultades en la comprensión de nuestra realidad familiar…
     En la recepción de cualquier hotel: En general llegaba yo, mientras Triana estacionaba el auto, comenzaba el registro.
-Hola, una habitación cuádruple.
-Sí, tengo una con cama doble y una cama cucheta.
-Bueno.
-Nombre, apellido, ocupación…
Al llegar al nombre de Triana, comenzaba el titubeo del recepcionista:
-Eh, tengo una habitación con cuatro camas de una plaza… porque ustedes…
-Está bien esta habitación.
-Eh… bueno…
     Cuando llegaba Triana, miles de ojos se clavaban en ella y nos íbamos a la habitación asignada.
     Tuvimos muchas sensaciones de enojo, incomodidad, aprendizaje, pero también comprensión… este camino se inicia de a poco, con calma, la sociedad se irá abriendo a la diversidad.
     Confieso que nos hubiese resultado más fácil decir que éramos primas, hermanas, amigas, pero les aseguro que la mirada de Tato y Tinchi, nos comprometían, en cada hotel, poder enunciar orgullosas nuestro vínculo de amor.