
Llegó el día en el que Tatito iba que preguntarse por la muerte.
Tenía 4 años y 3 meses, estaba preparándose los juguetes para darse un baño y llenar la bañera de ellos: barcos, piratas, dinosaurios. Lo ayudé a meterse y me alejo un poco, (aprovechando a hacer cosas que no podía realizar con Tati dando vueltas), escucho un grito desgarrador que me hace volar al baño y me muestra una mosquita que se debatía en el agua: - Se está ahogando mamita!!- y con cuidado pudo sacarla.
No se qué sucedió después, la mosquita apareció entre sus manos muerta.
- Por qué se murió? Ella era mi amiga y se murió, se ahogó y fui yo!!
No le alcanzaban los mimitos y abrazos para calmarse, lo arropé y lo tuve a upa un rato largo, mientras trataba de sacarle de su mirada, la sombra que había adquirido al darse cuenta sobre la muerte.
No se qué sucedió después, la mosquita apareció entre sus manos muerta.
- Por qué se murió? Ella era mi amiga y se murió, se ahogó y fui yo!!
No le alcanzaban los mimitos y abrazos para calmarse, lo arropé y lo tuve a upa un rato largo, mientras trataba de sacarle de su mirada, la sombra que había adquirido al darse cuenta sobre la muerte.
2 comentarios:
que lindo niño tienes.
me gusta leerte!
madre absolutamente babosa soy!!!! Gracias por leerme, ojalá seamos muchas leyendonos.
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