martes, 4 de enero de 2011

2011
¡MUCHAS FELICIDADES Y A LUCHAR PARA CONSEGUIR QUE SE CUMPLAN TODOS LOS SUEÑOS!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El amor va al jardín de infantes


Los primeros calores de verano, corridas a la salida del trabajo, voy a buscar a Tinchi a su jardincito.
La seño me dice que es divino, maravilloso, pero que no para un segundo, y que se va con una mordida de una amiguita, bien… están en la edad donde se reconocen e interactúan de ese modo, época brava donde los humanos comenzamos a registrar la presencia del otro par de ese modo, el más allá de nuestra familia.
Sale medio dormido, todo transpirado, con muestras en su guardapolvo de comida, témperas, mocos, galletitas picadas en los bolsillos… me da mucha ternura y atino a darle un beso. Levanta su cabeza y me dice: “No mami, beso vo no… beso Sopi…”
“Tinchi… ¿quién es Sopi?”
“Sopi e nena me da beso… (Hace que agarra un celular y que yo hablo por teléfono) soy mamá… ¿Sopi? Tinchi e mio eh? Chau”
Al día siguiente indagando con la seño pude averiguar que Sopi, es una nena de una salita más grande, que lo abraza y besa acaloradamente cuando llega.

sábado, 11 de diciembre de 2010

La historia no se repite otra vez


Atardecía en la ciudad, Triana llegó rendida de su labor y ambas tomábamos mate, conversábamos, tiradas en la cama, tranquilidad que duró… unos dos segundos y medio, instante en el que nuestra cama recibió un fuerte impacto: Tato se había arrojado sobre nuestras piernas con una carcajada, manifestando rápidamente (es un niño que felizmente le cuesta callar todo lo que atañe a sus sentimientos) que se sentía molesto o avergonzado, luego definió como celoso, cuando nos ve ahí charlando… Lo abrazamos, jugamos a la lucha y Tinchi comenzó a utilizar su técnica, del “no conozco el como si” y tuvimos que calmarlo. Tato se aburrió de nosotras y se fue por ahí, el pequeñín se quedó en el medio, mirándonos, sonriendo y toma la palabra: “Eta… mamá… (Señalándome) Triana e mamá tabien… mamá y mamá Triana…”
Tinchi pudo nombrarnos a las dos: mamás, seguramente gracias a su hermano que se lo dice, gracias a los encuentros con otras familias homoparentales, gracias a que logramos ambas, en este tiempo, cambiar nuestras cabezas, sacarnos los miedos y reconocernos como familia.