viernes, 16 de julio de 2010

Argentina: un país más justo


Desde la madrugada del 15 de julio, estoy intentando encontrar palabras adecuadas para expresar la emoción que tenemos los 4. El televisor estuvo toda la noche encendido y con intermitencias íbamos escuchando los diferentes argumentos de los Senadores que luego votarían… confieso que en ocasiones tuve miedo, o vergüenza, o emociones, o que dar explicaciones a Tato que se enojaba de las cosas terribles que decían sobre posibles hijos de lesbianas, gritando que era ignorante el que creía que su hermano o él no eran felices.

A la mañana Triana me abrazó y me dijo: “¡Romaaaa, la ley… salió! ¡Te dije que iba a salir!” Y algunas horas después me volvió a ofrecer matrimonio y les aseguro que se me estremeció el corazón, pero esta vez amparado por la ley.

Estoy todavía en estado atónito, tratando de pensar qué hubiese querido yo, de haber podido soñar con casarme con el ser que amo… y esto que hoy es realidad, que me llena el alma (que aviso que no es patrimonio de los católicos, que los gays y lesbianas también tenemos alma…) debe ser muy bien planeado, mientras tanto grito alto: ¡PUEDO CASARME CON TRIANA, MIS HIJOS TENDRAN EL APELLIDO DE SU OTRA MAMÁ!

sábado, 12 de junio de 2010

¿Qué más debo hacer?

Hace una semana fuimos al 1er Encuentro de Familias Homoparentales organizados por “Mis Mamás Rosario”. Un evento de gran magnitud, pero esencialmente repleto de momentos en los que me conmovía ver otras familias como las nuestras, queriendo lograr los mismos objetivos, soñando poder tener la igualdad esencialmente para nuestros hijos.
Recuerdo cuando con Triana planeamos formar una familia, que creíamos que era posible hacerlo manteniéndonos inmersas en la sociedad, sin implicarnos en ninguna lucha por nuestros derechos…
Nació Tato y comenzó en mí la inquietud de transmitir a otros nuestra experiencia, así fue cómo surgió este blog, luego el libro, notas periodísticas en radios y diarios.
Creía que era suficiente, pero estos días siento que hay mucho más por hacer, no sé muy bien qué, pero quiero dejar a mis hijos el legado de haber hecho algo más para que ellos estén protegidos.

lunes, 10 de mayo de 2010

¿Te querés casar conmigo?

Nunca pensé cuando era pequeña, que algún día iba a existir la computadora, o un modo de comunicación como internet… La realidad me sigue sorprendiendo ganándome pulseadas.
Cuando a mis 20 años me enamoré de una mujer creí que ese enamoramiento llevaba implícito el descartar convertirme algún día en madre, años más tarde cuando conocí a Triana, tuve deseos de ser mamá junto a ella y encaramos el camino de tenerlo a Tato…
Sentimos ahí que habíamos terminado de conformar la familia y 6 años después deseamos tenerlo a Tinchi y ahora ya éramos 4.
Y un día, con la posibilidad más cercana de poder casarme con el ser al que más amo, luego de evaluar si era ella, la indicada ( jaja) le envié un mensaje de texto que decía: “ Te querés casar conmigo?”
No obtuve respuesta más que su silencio… me llama luego y me dice:
- No sé, no sé… y vos ¿Te querés casar conmigo?
- Si.
Les juro que en ese instante, se cumplió mis historias de princesas que, alguna vez de niña, había soñado.