martes, 8 de septiembre de 2009

Tinchi el niñito pícaro (¿o increíble terremoto?)


Hace una semana, fui a buscar a Tinchi a la guardería que concurre desde que tiene 3 meses y medio. La docente me miró simulando consternación, mientras el pequeñito le abría la puerta con fuerzas para agarrarse de mi pierna y darme una especie de beso y mordisco baboso.
- ¿En tu casa muerde?
- Eh… si, un poco y a veces…
- Bueno, hoy estaba en el corralito y le daba besos a un nene, repentinamente explotó en llanto y lo estaba mordiendo… lo sacamos cuando por segunda vez mordió a otro niño, lo pusimos en un rincón y caminaba diciendo Tet!! Tet!! ¿A vos te dice así?
- No, a su madrina…
- Como no le decíamos nada… le tiró del pelo a una bebé que se asomaba por la cuna…
- Bueno, no se debe hacer eso Tinchi… - le dije de modo firme, conteniendo la risa, mientras me miraba serio.
Hoy algo volvió a suceder: la otra docente me informó que abrió la puerta y se escapó, mientras gritaba ¡Tet!! ¡Teeeeet! Y al reingresarlo a la salita abrió la heladera y tiró los yogures que estaban allí, bebiendo mamaderas de sus compañeros…
Cada hijo es diferente y este creo que se presenta como un pequeño y adorable terremoto!!!!!


miércoles, 12 de agosto de 2009

Tus primeros pasos, petizo

Hace un mes y algo, Tinchi andaba quejándose, entre gateo y arrastrarse, para poder acercarse adonde estaba sentado en el suelo su hermano mayor. Lo observaba, con impulso materno reprimido de sujetarlo, para que no se golpeara, pero me contuve. Tinchi seguía avanzando con esfuerzo, hasta que llegó al borde del sillón, agotado, pero feliz.
Tato continuaba mirando televisión y por el rabillo del ojo no dejaba de cuidarlo…: “Tinchi, vení”- le ordenó y el petizo valiente, abandonó su lugar seguro, se soltó despacito y dio unos pasitos hacia su hermano, para poder abrazarlo y llenarlo de baba y amor.
A partir de ese momento… Tinchi no paró de caminar.

jueves, 16 de julio de 2009

Sobre Gripe A, cuarentena, hospedaje y amistad

Nuestro país es azotado por una pandemia provocada por una Gripe, situación que ha modificado mucho de lo cotidiano, desde el cierre de lugares públicos, licencias sanitarias, grandes temporadas encerrados en cuarentena, sobrevaluación de barbijos y miradas de bronca para aquel que tose sin taparse la boca…
En el medio de todo esto nuestra casa se convirtió en un hogar donde hospedamos a unas amigas de Chile y a otras amigas de Uruguay, que de modo gradual a su vez, recibieron las visitas de algunas integrantes de Fhoiar.
Fue una semana plagada de charlas, de risas, de mimos, de desayunos y cenas interminables, de mates, pan con aceite de oliva y facturas.
Cualquiera que lee cree que vivimos en una gran mansión, pero nuestra casita apenas supera los 65 metros cuadrados. Casa pequeña, pero corazón grande… Gracias por todo lo que nos dieron.


p.d: si quieren curiosear sobre la visita con más detalle puede leerse en http://maternidadl.blogspot.com/ la entrada "Baires".