jueves, 10 de julio de 2008

Desenlace


Los días anteriores a que Tinchi naciera llegaron con mucha adrenalina, energía, internaciones, preparativos abruptos de un nacimiento que terminó adelantándose.
Tuve que estar internada por un problema de salud, con todo lo que implicó: Tato quedándose en casa con familiares, Triana corriendo de un lado a otro para estar con ambos, la preparación del bolso llena de dolores que no me permitían ni dormir, ni comer (cólicos renales), la confección de un documento donde ponía mi voluntad de que Triana se hiciera cargo de ambos niños si algo me sucediera.
Decidimos que el bebé naciera en la semana 37, aprovechando que un medicamento administrado me alivió un poco mi dolencia. Así fue: con los bemoles que muchas de nosotras tuvimos o tendremos que pasar, que nos causan mucha angustia... a Triana no la dejaron pasar a la cesárea, ni siquiera pudimos despedirnos. Igualmente me sentí muy unida a ella... la conozco, me sorprende y una de las cosas que hizo fue enviarme golpecitos a través de la pared mientras me realizaban monitoreo.
No se cuánto duró el parto, recuerdo cuando sacaron a Tinchi y lo vi: hecho una bolita como había estado dentro de mí, moviéndose apenitas como despertando de un dulce sueño. Es hermoso, muy parecido a Tato.
Mi compañera de años pudo verlo apenas salió del quirófano y lo llevaron a la nursery, no hizo falta que le dijeran nada, era su hijo ese que salía en una cunita, ella no paraba de sonreír, enviar mensajes de texto y llamar avisando que todo había salido bien.
Estuvimos internados varios días, recibiendo muchas muestras de afecto de la familia y de muchas de ustedes, gracias.
Tato lo conoció y está feliz (ya escribiremos sobre esto, merece un post aparte.)
Hoy es el 3º día (creo) que estamos en casa: hay un lío de horarios, de pañales, de todo… en las noches nuestra cama está plagada de hijos que bajo cualquier excusa buscan estar aunque sea un ratito (si… Tinchi aprendió que si llora por la teta, hay posibilidades posteriores de quedarse en la cama grande) pero esencialmente en los segundos que nos quedan con Triana, solo nos miramos y sentimos que tenemos una felicidad que nos supera, que tenemos una familia como nunca soñamos que seríamos capaces de lograr.

sábado, 28 de junio de 2008

Baby Shower y reunión de trabajo



Nunca pensamos que este tipo de reunión se convertiría en algo tan importante… pero este período de nuestras vidas hace que nos volvamos más sensibles, más necesitadas de mimos. Al principio no sabíamos muy bien de qué se trataba, nos fuimos informando y la idea en nuestras cabezas fue tomando forma.
El fin de semana esperado: llegaron de a dos, parejas de lesbianas con hijos o en camino a tenerlos, compañeras conocedoras de lo que se siente en este momento, del logro de poder estar tan cerca de ser madre. A medida que ingresaban fueron entregándome diversos obsequios para Tinchi, algún otro para Tato, mientras organizaban rondas de mate y cosas dulces.
Ese día no estaba muy bien de salud, pero pude disfrutar de las horas, contando experiencias, hijos, compartiendo ganas de hacer cosas para nosotras y nuestra familia. Me cuidaron, me mimaron, no dejaron que me levante del sillón donde las observaba a todas… Tuve una sensación increíble: la de no estar sola en este tipo de familia que con Triana hace años decidimos tener.
Este encuentro no terminó allí, pudimos desarrollar la 2º reunión laboral, respecto a las diversas problemáticas que nos atañen: a nivel legal, social, con “el objetivo de aunar recursos y fuerzas para abogar a favor del reconocimiento de nuestras familias…” pretendiendo ”… aportar un marco de referencia sobre los temas relacionados con las familias como las nuestras; sobre las problemáticas, inquietudes y necesidades a las que nos vemos enfrentadas cada día, para así poder allanar el camino de quienes nos sucedan…” y continuar con lo que hace más de un mes hemos empezado.
Y vuelvo a la sensación del principio, cuando entregaban los presentes… eran como ofrendas para el nuevo ser que llegaba, era como un acto sagrado… dar vida es verdaderamente un milagro que a una la convierte en dios.

Gracias por estar esta semana tambien, a ustedes, que nos acompañaron justo cuando las necesitamos con llamados, mensajes de texto, ofrecimiento de ayuda...
GRACIAS!!!!
Tinchi esta cerca.

jueves, 12 de junio de 2008

Preparando el nido


Las visitas a la obstetra son más seguidas ahora, incluyendo monitoreo fetal, medición de panza, riesgo quirúrgico para mí, marcándonos que sólo faltan días para verle la cara a Tinchi. No paro de subir de peso, los que me rodean me dicen que ya es tarde para preocuparse, o para retarme.
Estamos felices los tres, la familia entera. Uno de los abuelos: mi papá junto a su esposa (una de las abuelas), nos trajo de regalo pañales como para 6 meses y otra de las abuelas: mi mamá, junto a su esposo (otro de los abuelos) el fin de semana pasado nos obsequió el cochecuna para que su nieto menor pudiera pasear apenas pueda.
La llegada de Tinchi es inminente.
Triana comenzó a modificar cosas de la casa: realizó una mesa, una escalera, puso cuatro muebles en la cocina, está haciendo lugar para poner la cuna, hizo espacio en el placard para las cosas del bebé. Está preparando el nido.
Tato está más demandante, como suponiendo quizás que pronto nos compartirá, pero está cariñoso, es que es un buen tipo, un amor de persona, ayer estaba cansada y me obligó a recostarme un rato.
Yo, la mamá gestante, sigo empollando, intentando comenzar mi duelo por la panza que pronto no tendré, preparando el bolso para llevar al hospital el día del parto, acomodando la ropita según los tamaños, tomando valor para la anestesia peridural, hablándole mucho para que cuando esté afuera, al escuchar mi voz se sienta más tranquilo.