jueves, 12 de junio de 2008

Preparando el nido


Las visitas a la obstetra son más seguidas ahora, incluyendo monitoreo fetal, medición de panza, riesgo quirúrgico para mí, marcándonos que sólo faltan días para verle la cara a Tinchi. No paro de subir de peso, los que me rodean me dicen que ya es tarde para preocuparse, o para retarme.
Estamos felices los tres, la familia entera. Uno de los abuelos: mi papá junto a su esposa (una de las abuelas), nos trajo de regalo pañales como para 6 meses y otra de las abuelas: mi mamá, junto a su esposo (otro de los abuelos) el fin de semana pasado nos obsequió el cochecuna para que su nieto menor pudiera pasear apenas pueda.
La llegada de Tinchi es inminente.
Triana comenzó a modificar cosas de la casa: realizó una mesa, una escalera, puso cuatro muebles en la cocina, está haciendo lugar para poner la cuna, hizo espacio en el placard para las cosas del bebé. Está preparando el nido.
Tato está más demandante, como suponiendo quizás que pronto nos compartirá, pero está cariñoso, es que es un buen tipo, un amor de persona, ayer estaba cansada y me obligó a recostarme un rato.
Yo, la mamá gestante, sigo empollando, intentando comenzar mi duelo por la panza que pronto no tendré, preparando el bolso para llevar al hospital el día del parto, acomodando la ropita según los tamaños, tomando valor para la anestesia peridural, hablándole mucho para que cuando esté afuera, al escuchar mi voz se sienta más tranquilo.

domingo, 1 de junio de 2008

Falta poco


Cada vez se hace más difícil escribir, sentada a la compu, con Tinchi entre medio moviéndose, ejercitando sus músculos y disfrutando de música, teniendo bastante seguido contracciones.
Se acerca el momento, Triana y Tato también esperan, se miran cómplices, se prometen en silencio compañía cuando me esté ocupando del nuevo integrante de la familia.
¿Miedo? Sí, ¿Ansiedad? Sí, necesito todo el tiempo sentirme amada, mimada, que me prometan que luego volveré a sentirme sin calambres en las piernas, sin peso en el abdomen, muuuuuy sensible.
FELIZ.
Millones de sentimientos contradictorios me acompañan, mientras mi cuerpo se prepara para el gran paso, para el gran día.


p.d: panzota hermosa de 32 semanas!!

viernes, 16 de mayo de 2008

Diario de un pequeño gran hermano mayor



“No entiendo mucho el paso del tiempo, trato de darme cuenta preguntando cuándo será mi cumpleaños y sé que mi hermanito nacerá cerca de esa fecha.
Hay días que me siento raro, con miedo de no se qué, al principio lo único que sugerí es que le compraran una cuna para que no me hiciera pis y caca en mi cama.
Yo no pedí un hermanito como hacen otros nenes, así que esa noticia me vino bastante de sorpresa, por las noches pensaba que quizás dejarían de quererme, que si me decían cosas lindas era solo para conformarme.
Después me dio un poco de bronca cuando Tinchi la dejaba acostada a mami, haciendo reposo, porque no podía jugar tanto conmigo, pero pude disimularlo, la cuidaba y así me ganaba besos, mimos y halagos de ella y frases de Triana como: “¡Ahí está el machote de la madrina!” Que me hacían poner colorado y feliz.
Ahora tengo ansiedad por conocerlo, pero cuando le digo a mami, me responde que aún no puede nacer, que todavía se está haciendo, como si fuera un budín de pan, o un flan… pero que ya falta poco.
Mami está regorda, panzona, se cansa al caminar y camina como un pato, el otro día le pregunté si luego de todo esto volvería a ser linda como antes, me dijo que si.
Triana está todo el tiempo lavando la ropita de Tinchi, haciendo lugar en mi placard, y mimos a mami… le habla a mi hermano desde el ombligo, me da un poco de celos, pero lo aguanto…
Yo tengo sentimientos extraños, trato de distraerme con una nena que me tiene enamorado, pero pienso mucho en Tinchi que ya falta poco para conocerlo.
Quiero que se parezca a mi, que pueda aprender cosas que yo le enseñe y que se sienta contento de tener un hermano mayor como yo. Quiero aprender a quererlo mucho, dicen mis mamis que eso me va a salir fácil.
Tato.”




(Extraído de varias conversaciones embarazosas.)