sábado, 1 de marzo de 2008

Miedo


Hace una semana volvimos de las vacaciones, donde los cuatro pudimos descansar y pasarla muy bien.
Mes de marzo: comienzo de clases, reinicio de las actividades laborales.
Triana sigue en rehabilitación para recuperarse de la operación; mi panza crece, Tinchi ya pesa 300 gramos y en la última eco, pudieron conocerlo/la: esa preciosura estaba con los brazos sobre su cabecita y ambas piernas cruzadas en su develamiento sexual, dejándonos con la expectativa un mes más.
Tenía que regresar a mi trabajo, así lo hice.
Lo primero que sucedió fue una aguda disfonía, luego una muela estalló por una caries que me informaron que iría directamente a tratamiento de conducto. Pero lo más preocupante aún no había sucedido: desde que llegamos a Buenos Aires, mi panza, ante el menor ejercicio, se ponía como una roca, fuimos a ver a la obstetra y nos dijo que eran contracciones, me indicó reposo absoluto y un medicamento llamado Isoxsuprina. En esa misma consulta trató de escuchar al bebé, pero fue en vano, corrimos al sector de ecografías y recién con un aparato más sofisticado apareció el latido milagroso.
Aquí estamos: la mayor parte del tiempo mi cama y mi reposo está superpoblado con Tato, Triana y Tinchi moviéndose “pececitamente”, como diciendo aquí estoy.
Sé que Triana tiene miedo y no me lo transmite: me atiende, me hace masajes, caricias, sonríe, se ocupa de la casa y me reta (como ahora) cuando me levanto del lecho.
Tato me pregunta por su hermano, a veces protesta porque tengo que estar acostada, pero la mayoría de las ocasiones comprende y me da besos, abrazos, payasadas y dibujos.
A mí me duele, me preocupa, me consterna, pienso en mi hijo Tato, pienso en mi hijo Tinchi, pienso en Triana, pienso que no puede pasarme nada y que no le puede pasar nada a él.
Hay que esperar.

jueves, 24 de enero de 2008

Mi cuerpo redondeado que dará frutos

Sentimientos extraños me invaden la mente y me embriagan, mientras mi cuerpo va contorneándose, rellenándose, al ritmo de estar embarazada.
Mis caderas se ensancharon y lo más bello de todo es como en mi vientre una pequeña montañita se va asomando tímida, pero persistentemente.
Pienso y me siento muy feliz: con Triana a mi lado, que día a día agradesco a la vida haberme dado esa oportunidad única de conocerla, entenderla y amarla… Con el hijo que tenemos Tato, con ese corazón y mente abierta, con ese amor infinito y con Tinchi que viene.
Hace unos días fui a hacerme una ecografía: lo primero que vi es cómo Tinchi pateaba con ambas piernitas, como queriendo aferrarse, mientras el ecografista me movía la panza para que el niñito cambiase de postura. Es increíble pensar que esa perfección mide apenas 6 centímetros. Todo el tiempo acercaba su mano izquierda a su carita, con esa placidez que les da el líquido amniótico… y yo embobada, tratando de sacarle fotos con el celu para enviarles a Triana y Tato que por 1º vez (por mis cuestiones laborales) iniciaban solos sus vacaciones, dejándome a mi en Buenos Aires, para luego sumarme a la aventura vacacional.
El ecografista dijo: - ¿Qué tenés…, tu otro hijo es…?
- Varón- le dije.
- Me parece que viene más de lo mismo, un 70 por ciento de posibilidades de que será otro varón.
Así yo, llena de felicidad y sola, salí del hospital deseosa de llamar a Triana para anunciarle la noticia. (Por supuesto que si era nena o nene nos daba igual mientras que sea sano, pero noté un tono de felicidad plus en ella cuando se lo anuncié.)
Mis días actuales son raros, solitarios, extrañando enfermizamente, hasta que llegue el día en el que me pueda reunir con mi familia: mi Tato y Triana y empezar mis FELICES VACACIONES
!!





Nos vemos a la vuelta!!!

jueves, 17 de enero de 2008

¿Cómo se siente tener un papá?



Tato estaba tomando un baño y aprovechábamos con Triana para conversar. Uno de los temas era nuestra familia y Triana hablaba de su padre.

Del baño salió una vocecita que gritó:
- ¿Cómo se siente tener un papá?
- ¿Qué dijiste hijo? – le dije como para darnos tiempo de pensar que decirle.
- ¿Cómo se siente tener un papá?
La primera que tomó la palabra fue Triana: - Y… fue medio jodido…
- ¿Qué te hacía tu papá? ¿Era malo?
- Me retaba y me mandaba a trabajar.
- Mi papá es el abuelo y era así como lo conocés ahora, pero un poco más mandón, así como somos nosotras que te decimos que cosas están bien y que están mal.- le dije.
- Yo no voy a decir que tengo dos mamás porque se van a burlar de mi… no hay otras familias así…- dijo Tato indagándonos en esa afirmación con la mirada.
- ¿Quién se va a burlar de vos? Vos decí los que quieras hijo- casi a coro.
- No sé… pero hay chicos que tienen solo una mamá…
- Otros solo un papá…
- Tato, hay otras familias como las nuestras…
- ¿De verdad mami?
- Sí.
- ¿Las conocen ustedes?
- Si mi amor, hay una familia que tiene unas mellis de un año, otra de una nena de un añito, otra de una nena de 5, otra de otra nena de 5 y otra de un nene de 5… ah!! Hay tambien bebés que nacieron hace poquito.
- ¿Todos esos hijos solo con mamás?
- Sí, con dos mamás.
- ¿Ese día que fuimos a una casa con cactus en la escalera que había chicos eran todos de dos mamás? (estaba haciendo referencia a una de las reuniones de madres lesbianas a la que llevamos a algunos de nuestros hijos.)
- Sí.
- Vamos! No esperemos para invitarlos que quiero jugar con ellos!!! Los quiero conocer.