lunes, 17 de diciembre de 2007

Charlas de cama





Muchas cosas están pasando en casa: la llegada reciente de Triana del hospital, (los cuidados que necesita), mis tremendas náuseas durante todo el día (que me traen dificultades a la hora de cocinar porque todo me da asco), la ignorancia de Tato de mi embarazo (a nivel conciente) que hace que esté mucho más mimoso conmigo, besuquero, demandante, intentando abrazarme con todo su cuerpito a mi panza, mientras la besa… percibiendo que aquí adentro pasa algo… (Freud, es cierto eso del inconciente)
A pesar de todo eso, encontramos los 4 un refugio a todas las cosas del mundo externo, un lugar de encuentro nuevo, que nos convocó en estos días en los que Triana no puede salir: la cama grande!!!! Lugar donde se desarrollan grandes conversaciones, que a ambas nos dejan pensando muy profundamente.




Tato: - Mami, ¿por qué me quisiste tener sin un papá? ¿Por qué no me tuvo en la panza un papá?
Yo: - Te quise tener sin un papá porque yo me enamoré de una mujer: de la madrina. No te tuvo en la panza un papá porque los hombres no pueden tener bebés en la panza.
Tato: - Ah… ¿y quién te ayudó para tenerme? ¿Para sacarme de la panza te ayudó un doctor, era así?
Yo: - Sí, me ayudó un doctor para sacarte de la panza y otro doctor para que vos entraras a mi panza.
Tato: - ¿Y cómo?
Yo: - El doctor tenía unas semillitas guardadas de un hombre (terror interior, incógnita de qué contestar si me preguntaba de qué hombre se trataba.), que con una jeringa me las puso en mi panza, se juntaron con otras semillitas que yo tenía y ahí te empezaste a formar vos, que tuviste que crecer 9 meses y saliste un bebé precioso.
Tato: - ¿Y salí ya formadito?
Yo: - Sí, precioso.

Fin de la charla. Confieso que en muchos momentos me preocupó no saber qué contestarle, o que preguntara cosas que a posteriori lo angustiaran. (a él o a mí.)

martes, 11 de diciembre de 2007

Días difíciles


Lo mejor de poner este título es que esos días ya pasaron, dando lugar a estos otros tranquilos, cálidos, apacibles…
Tuve mucho miedo cuando supe que la operación a la que Triana debía someterse era muy seria, que podía tener el médico un porcentaje importante de error, error que podría llevarla a ella a la muerte.
Fueron los días previos los más difíciles, con ansiedad, con pensamientos oscuros (que no deben ser develados por siniestros, pero que a uno lo llenan de una carga de angustia importante) y preparativos para la partida al hospital.
Triana se despidió de Tato que se quedaría con su bisabuela y lo llevarían a pasear una de sus abuelas (mi madre) y sus tíos, como para que los días pasaran mas rápidos.
Tinchi y yo partimos con Triana, estuvimos con ella todo el tiempo de la internación. Sus días se debatieron en nervios, angustia, ansiedad, pensar que qué sucedía si ella moría y felicidad cuando se despertó de la anestesia.
Mi mente y mi corazón estuvieron todo ese tiempo dividido: estaba con Triana y pensaba en Tato, estaba con Tato y pensaba en Triana, y agradecía poder llevar en la panza a Tinchi conmigo.
No pude pensar mi vida sin Triana, si algo sucedía, sabía que por Tato y Tinchi, mi vida debía seguir adelante, pero no sabía cómo iba a poder lograrlo.
Todo salió bien, ya estamos todos en casa y aún no nos alcanzó el tiempo para recuperar los besos y abrazos de estos días que estuvimos separados.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Noviembre de eventos!!

Fin de año en general es una fecha donde uno intenta hacer un raconto de los logros o frustraciones anuales, para luego darse una nueva oportunidad para cumplir(desde el 1º de enero.), las cosas que quedaron pendientes.

Pero este mes de Noviembre vino cargado de muchas noticias importantes, esperadas, logradas con un arduo trabajo, que no quiero dejar de enumerar:
  • El nacimiento de Juan, el hijito de Guza y Oruga... Felicitaciones!! Es hermoso.

  • El engendramiento de Tinchi!!!

  • La Unión Civil de eFe y la gabi. Qué vivan las novias!

  • Cómo crecen de hermosas las mellis de Ana y Paula.

  • Conocer a otras mamás lesbianas y a sus hermosas hijas.

  • Mudarse a una casa más grande otras de nosotras, para cuando llegue el hijito.

  • Charlar y prepararse para comenzar a realizar los tratamientos para ser mamás.
Parecen eventos aislados, obvios, comunes, pero marcan cada vez con más fuerzas y desde el ejercicio, que una familia homoparental es posible, posible además desde el amor, la racionalidad, y el deseo compartido de dos personas.