domingo, 11 de noviembre de 2007

Tercer encuentro y esto va creciendo.

Fue lindo encontrar a las viejas caras conocidas, que lo primero que hicieron fue preguntar por Tato, que se había quedado en casa esta vez, descansando.
Fue lindo encontrar caras nuevas: a Marina, a Mariana y a su bella hija; a Sara y a la princesita de casi 5 añitos…
Fue lindo ver a 4 hijos de madres lesbianas disfrutar de sus mamis, reír, jugar, y tuve ganas de que Tato pudiera la próxima, compartir momentos con ellas.
Varios temas fueron surgiendo en un clima informal:

· Lugar físico para las próximas reuniones, ya que cada vez somos más.
· Posibilidad de visibilidad en la próxima marcha para orientar a otras lesbianas que puedan tener el deseo de ser madres.
· Necesidad o no de conservar “muestras” para que futuros hijos sean hermanos consanguíneos.
· Estimulación ovárica/ embarazos múltiples: consecuencias.
· Necesidad de realizar reuniones exclusivamente para los hijos/hijas nuestros, para que vean que hay otros niños con su misma realidad.
· Formarnos teóricamente para las que deseen puedan difundir o hacer visible nuestra realidad.

Seguramente me estoy olvidando de temas, pero descanso en saber que en los otros blogs de mis compañeras, lo que yo me olvide, aparecerá. Porque la sensación esencial que me queda, es que a partir de nuestras subjetividades, nos vamos ensamblando para un mismo fin: Marco legal, cotidianeidad de su realidad para nuestros hijos, conocimiento de diversas cuestiones vinculadas a nuestro tipo de concepción, compartir temores, alegrías, decepciones, todo eso en un lugar, que todas sabemos, que podemos ser escuchadas y comprendidas.
Gracias equipo!!! Hasta la próxima.
Muchas gracias una vez más a las cuatro cálidas anfitrionas, de todas nosotras.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

En la vorágine de los días, él es nuestra guía.


Cuando planeamos con Triana convertirnos en mamás por primera vez, creíamos que deberíamos ocuparnos de pensar en prever todas las adversidades, problemas o circunstancias de traer un niño al mundo: la familia y el qué dirán; los pañales; las pestes de verano, invierno, primavera y otoño; la vestimenta; las cuestiones económicas; los consejos para darle…

Pero los 5 años y pico de nuestro nene, nos confirma a diario, que tiene sus pies sobre la tierra, dispuesto a convertirse en nuestro guía si lo necesitamos, o en darnos calma si intentamos apuradas prestarle poca atención.

No pasa un día en el que no nos diga: Las quiero, las necesito, estoy feliz de tenerlas de mamá, son lo mejor que me pasó en la vida…

Esta mañana, mientras los dos esperábamos el micro, me dijo:


- Mami, yo estoy muy orgulloso de vos…
- ¿Por qué?
- Porque sos una muy buena mamá, sabés todo lo que me gusta y yo pienso, pienso, pero todavía no te encontré ninguna cosa mala o que te equivoques. Te amo mami y a Triana tambien. Ah! Y me hiciste tan lindo, con ojos que veo, con manos para jugar, con piernas para correr… me hiciste muy lindo mami.

Una bocina de micro me devolvió a la realidad, le di un beso enorme y nos despedimos hasta la vuelta.

domingo, 28 de octubre de 2007

Siempre se vuelve a empezar, pero nunca seremos los Ingalls.



Miro para atrás y recuerdo estar llena de temores al inicio, que fueron aplacados por Triana; de deseos de que todo saliese a la perfección, cuando a mi alrededor todo estaba cargado de malos augurios e incertidumbres, ¡incluso algunos deseaban que mi hijo ni siquiera naciera!
Vivo el presente y mi casa huele a leche con chocolate, a tostaditas con queso blanco, a madera cortada o a plástico derretido, por algún nuevo invento de Triana. El piso plagado de pequeños juguetes, la pared manchada de dedos, el baño con la pileta llena de pasta dentífrica tutti fruti, y pequeños calzoncillos colgados en el balcón. Tenemos la música de la vocecita de Tato preguntándonos cosas, contándonos cuentos, cantándonos canciones, enseñándonos quién fue San Martín, o relatándonos como novedad, que su seño le pudo sacar una foto a Sarmiento y la colgó en la pared del aula…
Y como así nos fue, es que queremos continuar; volvemos a desear prolongarnos, crecer en número, buscar un nuevo integrante, un compañero de la vida… seremos cuatro… buscaremos un nuevo hijo.
Por allá, de vez en cuando, aún en sueños, se asoma el futuro: en una cabaña por la montaña, recibiendo a nuestros nietos, contándoles nuestras historias, transmitiéndoles que si la pelean, en la vida es posible lograr todo.