sábado, 18 de agosto de 2007

Tatito: antídoto para el dolor de la realidad.



Estoy en un hospital en la sala de espera de Terapia intensiva, cuidando a distancia al hijito de 3 meses de unos amigos, que en este crudo invierno lo atacó una malévola bronquiolitis.
Como no soy la madre, no puedo pasar a verlo, ni hacerle mimos, pero los padres se sienten más tranquilos si me quedo custodiando la puerta (por si algo sucede) cuando no están.
Trato de identificar los sonidos que escucho: el llanto de un nene que grita “Me duele!!!” y un portazo que dan los padres cuando salen de la habitación devastados, mucho sonido de acero inoxidable…
Escucho una historia que me deja helada: una niña de 4 años, con una enfermedad de nacimiento en sus músculos, vive en una habitación vidriada en terapia intensiva, la madre no la visita porque tiene varios hijos y no tiene tiempo de hacerlo. Jamás en la vida salió del hospital: no respiró aire puro, no sintió el aire en su cara, no corrió bajo la lluvia, no tuvo una mascota, nunca dijo mamá… solo una tele, unos juguetes, una ventana, la terrible soledad.
NECESITO contrarrestar todo esto y pienso en Tatito: a esta hora debe estar levantándose, desperezándose, llamando:
“ Mamiiiii, mamita, maaaaaa… no me escuchás??? Trianaaaaa, madrina!!!”
Y desde mi habitación una voz que bajo la manta le responde:
“ Quéeeee… veníiii, mami no estáaa, vení Tatito a mirar tele aquíi, hay dibujitos!!!!
Suena mi celular: es Triana!! Que me dice que me extrañan y que vuelva YA a casa. Y yo por supuesto, apenas retornan mis amigos, cumplo amorosamente esa orden.

viernes, 17 de agosto de 2007

Salimos en Página 12!!! Mamá por dos en la blogósfera.


Mamá por dos en la blogósfera ( por Luciana Peker.) ( 10/08/07)

"Triana y Roma se conocieron hace ocho años en un pub gay. Al año, estaban muy unidas, viviendo juntas y deseando formar una familia y tener un hijo. A los dos años, fueron a ver a un especialista en fertilidad y se decidieron a realizar un tratamiento de reproducción asistida. Al segundo intento, Roma se quedo embarazada. “Hicimos el curso de preparto juntas (ante la mirada atónita de otras parejas) y no logramos que la autorizaran a Triana a que presencie mi parto (porque no era familiar directo), pero estuvo conmigo hasta que entré al quirófano y fue la primera en ver a nuestro hijo.” Aunque ése no fue para ellas el nacimiento de Tati como integrante de la familia. “Dos meses antes de cumplir cinco años, en un almuerzo cualquiera, Tatito nos dijo a Triana y a mí: ‘Tengo dos mamás, se lo dije a mis amigos, y al señor del micro y a la seño, a todos’. Las dos nos miramos estupefactas”, cuenta Roma, que también cuenta la vida cotidiana y comparte dudas y alegrías en el blog http://mamispordos.blogspot.com/. “Hay una carpeta del jardín en la que hay que dibujar a la familia y voy a dibujar a mamá, a mamá y a mí”, les dijo Tati y remató: “Me di cuenta de que ser especial no es algo malo”.

Buenos días! Queríamos compartir con ustedes la publicación de una nota en un diario argentino sobre Familias homoparentales, donde además, tuvimos la alegría de que nos hicieran un pequeñito apartado de referencia. Es muy importante poder llegar a la sociedad y agradesco a Luciana Peker la periodista su cordialidad y profesionalismo. Si pueden lean la nota entera que está muy buena! : http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-3523-2007-08-12.html

jueves, 16 de agosto de 2007

Mamitas: me se defender!!


Hoy amanecí con un taller sobre el General San Martín en el jardín, donde marchamos tempranito, de la mano, a realizar la actividad.
El día siguió corriendo, marchando el tiempo de a horas, trabajando, étc y a eso de las 5 y pico, el micro naranja escolar nos devolvió la bella música dialoguera en persona: Tatito.
Primero la charla empezó con Triana, luego me sumé yo:
-
Ey! Hoy un nene de salita blanca (escolaridad primaria) me quiso dar un beso en la boca y yo usando mis músculos, mi fuerza, lo alejé y me defendí solo. Lo hice yo solo, me defendí por ustedes, porque ustedes me dijeron que siempre me defendiera.
- Por vos te tenés que defender Tatito…- dijo Triana, mientras pensaba de qué manera “ahorcar metafóricamente” aunque sea, a ese niño de primaria…
- Le dijiste al chofer del micro? Querés que lo llame Tatito?- le dije, mientras ya estaba con el teléfono en la mano…
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NO! No le dije al del micro, porque me pude defender solo, no llames mami.
Triana y yo nos miramos… como intentando transmitirnos telepáticamente, de ser posible, la respuesta correcta… y ella, dándome el ok, me habilitó a que hablara:
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No voy a llamar nada, porque Tatito, supiste defenderte muy bien, pero la próxima vez además de defenderte, debés avisarle al señor del micro, dale?

Mi hombrecito de poca altura me miró orgulloso de si mismo, buscando en mí esa aprobación y orgullo de tener un hijo tan valiente, que intentaba a los tumbos lograr defenderse por si mismo… y no encontró eso una vez, sino multiplicado por dos: por dos mamás que además, lo llenamos de abrazos.