Domingo de ocio: esos de veranito, con una cervecita cerca, los tres sentados en el balcón, mientras comenzaba a atardecer (digo comenzaba porque los atardeceres en verano son largos.)
Tati tenía 4 años y medio y nos comenzó a deleitar con uno de sus sueños: “Soñé que me perseguían monstruos, por todos lados y mamita me salvaba”, nosotras mientras hacíamos exclamaciones y gestos acompañando su historia.
La miró serio a Triana y le dijo: -“ Decile a mami: gracias por salvar a MI hijo!!”
- Eh…. Gracias Roma por salvar a MI hijo…- dijo Triana con los ojos llorosos de emoción.
Era la primera vez que Tatito se nombraba hijo de Triana.
Las dos no parábamos de llorar.