jueves, 5 de julio de 2007

Extra!!!Extra!!! Se ha encontrado carta de Triana al futuro hijo!!!



(carta de la madrina a la semana de la visita al doctor.)


“Hola bebé! No, no soy tu mamá quien te escribe. Escribir no es mi fuerte… Se que cuando leas esto podrás entender muchas cosas: una de esas es el amor que le tengo a tu mamá, es diferente, pero diferente para los demás (la sociedad). Nuestro amor es verdadero, nos queremos, y si Dios lo quiere, nos amaremos toda la vida. A raíz de ese amor naciste vos… vos naciste en nuestras vidas. Después de 2 años y medio estás muy cerca de ser real, de que estés junto a nosotras y compartir todo lo que tenemos.
Nuestras familias te querrán mucho, fue duro hacerles entender todo, pero lo logramos. Yo se que para la sociedad solo soy tu MADRINA, pero entre nosotros: mamá y yo somos tu familia, espero que nos ames y nos quieras como te queremos nosotras. Siempre trataré de darte todo, mi corazón si fuese necesario. Estoy dispuesta a luchar en esta vida junto a vos y a tu mamá.
La semana pasada fuimos al doctor y ahí te sentí en nuestras vidas, no eras un sueño. Qué día duro, me di cuenta que tenía que asumir muchas responsabilidades. Te estábamos buscando y esperando. Mis ojos brillaban, no se si de susto o alegría al ver al doctor que nos ayudaría a tener a nuestro hijo. HIJO: qué palabra linda! Compré un libro para buscar tu nombre. Te amo ya. Quizás en ocasiones seré muy dura, pero es para que no te pasen cosas malas como quizás me pasaron a mi. Ojalá me entiendas y nos entiendas.
Cuidá a tu mamá, ella te ama y está muy ansiosa de que estés dentro de su pancita. Yo prometo: cuidarte, amarte y hacerte muy valiente.”


Ayyyyyy.... amo a esta mujer!!!

Decisión tomada: Visita al doctor.


Pasó el tiempo, un día hablando con Triana nos dimos cuenta que sería irrespetuoso que esperásemos más tiempo para tener nuestro hijo, aunque aún no teníamos ni la casa, ni la cuna, pero si todo el amor para brindarle.
Yo sería la mamá, la mamá que lo llevaría en la panza, inicié los estudios médicos correspondientes para descubrir si tuve alguna enfermedad que pudiese afectar el normal crecimiento del bebé ( como toxoplasmosis). Dejé de fumar.
Como 2º paso, fui a conversar con dos personas muy importantes en mi vida: dos amigas que están en pareja hace 15 años y una de ellas conocía al médico que me ayudaría a que mi hijo llegase a mi lado.
El médico es especialista en fertilización y posee el banco de semen más grande de toda la Argentina, provee a todos los centros privados que se especializan en ello. Está muy comprometido en el tema, incluso escribió un proyecto de ley respecto al tema y durante varios años vivió con su familia en una comunidad gay.
Su ética tiene que ver con realizar de forma responsable su trabajo, de poder brindar a todas aquellas pacientes que lo deseen y estén en condiciones la posibilidad de convertirse en madres. En varias ocasiones, centros privados le han derivado personas que por política de la casa no podían atender: lesbianas, mujeres solas.
Las condiciones para los donantes es que se mantendrá el anonimato, deben poseer buena salud, se comprueba realizándoles estudios médicos adecuados.
Realicé el llamado, ambas concurrimos a la primera cita. Nos esperaba el Doctor, sonriente, en un consultorio cálido y nos invitó a sentarnos.
Le dije que éramos pareja y que deseábamos tener un hijo por inseminación artificial. (Recuerdo con ternura a mi pareja, que tenía una campera roja y su rostro estaba del mismo color.)
Nos explicó las condiciones generales del donante y me atreví a sugerirle que si era posible que tuviese rasgos similares a mi compañera, a lo cual accedió, aclarando con lógica que la genética igualmente haría lo suyo.
Nos volvió a citar en una fecha determinada, para iniciar un seguimiento de ecografías para determinar le momento exacto para inseminarme, sin necesidad de tomar ningún medicamento para estimular mis óvulos. Sugirió además que me realizase un estudio ( histerosalpingografia) para corroborar que no tenía ningún inconveniente en mi aparato reproductor. (Aviso que este estudio es muuuuuuuy doloroso, pero si da bien es tranquilizador.)
A la salida Triana me compró un ramo de rosas y con dulzura me miraron acariciándome la panza mientras me decía: “ Ovulito, ovulito, conviértete en Superhijito!”

miércoles, 4 de julio de 2007

La historia continúa...


Postergué bastante el contarle a mi papá, tanto que casi tuve que darle al mismo tiempo la noticia de mi elección sexual y mi embarazo. Le dije algo así como que no podría entrar conmigo a la iglesia del brazo, y no me entendió nada. Le señalé a mi pareja que estaba afuera y le dije que ella era mi pareja y no mi amiga.
- “Me hubiese gustado otra cosa para vos, pero si te hace feliz… dejame solo ahora…” – finalizó, quedándose en su escritorio.
Diferente fueron las reacciones, pero a lo largo del tiempo mis padres supieron acomodarse a mi realidad, dándose cuenta que lo más importante es tenerme cerca de ellos y que sea feliz.
En cuanto a lo laboral y mis amistades, fueron ámbitos donde pude resolver estas cuestiones con anterioridad y facilidad.
Respecto a la madrina su trabajo fue aún mayor: durante toda su vida se había movido en un hermetismo absoluto respecto a este tema, teniendo novios falsos, conversando heterosexualmente todo el tiempo. Comenzó hablándolo con sus amigos, luego sus hermanos y finalmente con su madre, que más allá de no comprender la noticia del todo, pudo abrazarla muy fuerte y eso fue suficiente.
Releo esto y me pregunto a quien puede interesarle, sucede que más allá de lo anecdótico hay algo que me gustaría que se captase: no siempre las cosas con nuestra homosexualidad son difíciles o tortuosas, si uno tiene la convicción de lo que desea transmitir, es simplemente eso.