Sin perturbaciones van transcurriendo los tres años de Tinchi: un niño encantador, sano, seductor, sonriente, con grandes aires de independencia, donde parece haber dejado atrás su ser bebé sin conflictos.
Triana estaba por irse a trabajar y le plantea consternado: “yo quiero tener dos papás”, “Comprame un papá, sale mucha plata un papá?” Ese día, había disfrutado de uno de sus abuelos, donde lo había observado mirar la barba, tocarla…
Aunque era la segunda vez que afrontábamos esto, miles de sensaciones pasaron por nuestra cabeza y corazón, ninguna respuesta de la que le dábamos terminaba de conformarlo, o hacerlo sentir mejor… quiere tener un papá, hay que respetar e indagar por su sentimiento.
Tato se lo preguntó a la misma edad, pero él siempre fue una personita que respetaba las limitaciones del otro, esperaba a que uno pueda dar una respuesta, Tinchi no.
Todavía no hemos podido resolver este desafío… es que también en las dificultades somos familia.