jueves, 2 de diciembre de 2010

Reencontrándome


Últimamente, hay un movimiento interno y profundo, que fue gestándose de a poco y fue copando más y más todo mi ser.
Puede ser el calor, el sol, la primavera, pero va adentrándose intensamente como gestándose desde las entrañas.
Es difícil de explicar, pero es tan intenso, que me conecta con el sentir.
Varias decisiones he ido tomando, y al volver a repensarlas, necesito ubicarlas en mi propia vida.
Estoy cerca de cumplir años, tengo una pareja hace más de una década, dos hijos maravillosos, casa propia, escribí un libro, planté no un árbol, pero si cuido de varios cactus… y ¿ahora qué? ¿Qué tengo ganas de hacer, de creer, de ser? Aquí es cuando muchos se posicionan en la comodidad de decir: “ya está, tengo la vida hecha…” pero al contrario de eso, creo necesario el planear, como en un juego de ajedrez… el próximo movimiento.
¿Quién quiere jugar conmigo al ajedrez?

viernes, 26 de noviembre de 2010

Sano equilibrio

Todo volvió a transcurrir con mayor tranquilidad, luego de disfrutar de unas bellas vacaciones fuera de fecha (si es que para descansar hace falta una época determinada), donde los cuatro nos mimamos, nos conocimos un poco más y nos reconocimos en el otro.
El caminar de Tato es igual al de Triana y su placidez y tranquilidad para expresar sus ideas como yo.
Tinchi y su desfachatez, picardía y sonrisa conquistadora como Triana, su imaginación increíble como su mami Roma.
Triana y su costado de niña: inocente, caprichoso, peleadora, irresistible y bondadosa, donde nos reímos, jugamos, cenamos entre historias de mar y atardeceres dorados, en completa armonía con el sentir y la vida.
Yo, Roma, con esfuerzos desmesurados por dejar la racionalidad, sonriendo apenas abriendo la boca los primeros días de vacaciones y luego (a pedido de Tato) pudiendo reírme a carcajadas.
¡Qué lindo es reírse!

martes, 12 de octubre de 2010

Las equivocaciones madre


De chica, más bien de adolescente, juré no parecerme ni a mi padre, ni a mi madre, en los momentos que tenían decisiones y actitudes erradas- a mi criterio adolescente-. Ahora soy madre y caigo en situaciones que me sobrepasan y me veo como en espejo con ellos.
Estamos pasando por un momento de pruebas, de necesitar fuerzas y cuando creemos que no vamos a tolerarlo, seguimos y seguimos.
A veces sentimos que esos momentos tienen que ver con nuestros errores y los amigos nos dicen que son cosas inevitables en la vida, que los niños deben crecer libres y que nosotras como madres estamos también aprendiendo con ellos. En todo aprendizaje, hay momentos en los que uno se equivoca.
Necesitamos un respiro, los cuatro juntos, solos, pudiendo solamente disfrutar… como un paréntesis necesario, para tanta adversidad, adversidad irremediable, pero con posibilidades de no ser para siempre.