Nunca pensé cuando era pequeña, que algún día iba a existir la computadora, o un modo de comunicación como internet… La realidad me sigue sorprendiendo ganándome pulseadas.
Cuando a mis 20 años me enamoré de una mujer creí que ese enamoramiento llevaba implícito el descartar convertirme algún día en madre, años más tarde cuando conocí a Triana, tuve deseos de ser mamá junto a ella y encaramos el camino de tenerlo a Tato…
Sentimos ahí que habíamos terminado de conformar la familia y 6 años después deseamos tenerlo a Tinchi y ahora ya éramos 4.
Y un día, con la posibilidad más cercana de poder casarme con el ser al que más amo, luego de evaluar si era ella, la indicada ( jaja) le envié un mensaje de texto que decía: “ Te querés casar conmigo?”
No obtuve respuesta más que su silencio… me llama luego y me dice:
- No sé, no sé… y vos ¿Te querés casar conmigo?
- Si.
Les juro que en ese instante, se cumplió mis historias de princesas que, alguna vez de niña, había soñado.
Cuando a mis 20 años me enamoré de una mujer creí que ese enamoramiento llevaba implícito el descartar convertirme algún día en madre, años más tarde cuando conocí a Triana, tuve deseos de ser mamá junto a ella y encaramos el camino de tenerlo a Tato…
Sentimos ahí que habíamos terminado de conformar la familia y 6 años después deseamos tenerlo a Tinchi y ahora ya éramos 4.
Y un día, con la posibilidad más cercana de poder casarme con el ser al que más amo, luego de evaluar si era ella, la indicada ( jaja) le envié un mensaje de texto que decía: “ Te querés casar conmigo?”
No obtuve respuesta más que su silencio… me llama luego y me dice:
- No sé, no sé… y vos ¿Te querés casar conmigo?
- Si.
Les juro que en ese instante, se cumplió mis historias de princesas que, alguna vez de niña, había soñado.