Nos fuimos de vacaciones al mar, compartiendo esos días con una familia de mamás con una hija de 10 años, amigas nuestras desde antes de tenerlo a Tato.
Tinchi se portó mejor de lo que imaginábamos: corría hacia el agua, me esperaba para meterse y todas sus galletitas, antes de comerlas, las untaba con arena. Tato disfrutó con Triana como nunca, saltando las olas, nadando, riendo.
Nosotras, pudimos estar muchos días juntas y realmente nos divertimos. ( con Triana es imposible no hacerlo)
De regreso en Buenos Aires, recibimos en nuestra casa a dos grandes amigas uruguayas, y continuamos de algún modo las vacaciones.
Pero debíamos volver, preparar un guardapolvo blanco para Tato y otro pequeñísimo a cuadritos azul para Tinchi... Muy pronto comienzan las corridas, la compra de útiles, el trabajo del año, sin dejar de lado los encuentros con amigos.
Estemos preparados para crecer, disfrutar, ser mejores siempre. Feliz año.