Nos citaron para una reunión de padres en el colegio, nos hablaron de los logros, de los aciertos, de las cosas trabajadas y por trabajar… a todo nuestro alrededor había miles de dibujos de todos los pequeñitos y mientras escuchaba la voz de la seño, los ojos se me perdían en esos colores, buscando los monigotes de Tato.
Finalmente pude acercarme a un gran corazón de cartulina, donde a su vez albergaba a 23 corazones azules escritos con letra en lápiz de imprenta… ahí estaba: un pequeño dibujito de una familia con dos mamás y un Tinchi volando agarrado de la mano, graficaba lo siguiente: “GRASIAS POR ASERME NASER FAMILIA: LOS AMO CON TODO MI CORAZON Y GRASIAS POR QUERERME POR AMARME DESIARME Y QUERERME. LOS AMO HASTA EL INFINITO. POR PONERME CURITAS GRASIAS Y GRASIAS POR DARME BESOS: TATO.”
Me emocioné una vez más con su ternura, sus palabras, su modo simple de transmitir lo que siente... ese corazón vale más que mil palabras.