No es nuevo que uno como adulto tiene mucho que aprender de un niño: del modo de ver las cosas, de su sensibilidad, de sus observaciones, de su sorprenderse con el mundo.
Tato se hizo muy amigo de “P”, que es el hijo de unas muy queridas amigas nuestras. “P” tiene su edad, una mente absolutamente soñadora que hace que cada vez que juegan se sumerjan en aventuras de príncipes, piratas, egipcios, enanos malvados y batallas medievales. Al principio Tato lo observaba intentando comprender y aprender de él, pronto pudo adquirir la plasticidad para disfrutar de esas aventuras.
Hoy son absolutamente inseparables, guardan secretos, son cómplices, planean recostados en el suelo vivir juntos de adultos cuando emigren de su casa, toleran los enojos de cada uno, los llantos, se cuidan si a alguno de ellos les duele la panza o la cabeza, son frontales y disfrutan cada minuto que están juntos, se quieren… uno crece con el otro, eso es amistad.
Tato se hizo muy amigo de “P”, que es el hijo de unas muy queridas amigas nuestras. “P” tiene su edad, una mente absolutamente soñadora que hace que cada vez que juegan se sumerjan en aventuras de príncipes, piratas, egipcios, enanos malvados y batallas medievales. Al principio Tato lo observaba intentando comprender y aprender de él, pronto pudo adquirir la plasticidad para disfrutar de esas aventuras.
Hoy son absolutamente inseparables, guardan secretos, son cómplices, planean recostados en el suelo vivir juntos de adultos cuando emigren de su casa, toleran los enojos de cada uno, los llantos, se cuidan si a alguno de ellos les duele la panza o la cabeza, son frontales y disfrutan cada minuto que están juntos, se quieren… uno crece con el otro, eso es amistad.