Hace unos días recibí un llamado inesperado… no porque no hablemos a menudo, sino porque se traslucía en su tono, una tristeza muy grande, era mi papá. Comenzamos el diálogo y pudo expresarme lo que le sucedía: se sentía agraviado, junto con su esposa, por los dichos míos en una entrevista en una revista Gay virtual. En esa revista había expresado diferentes momentos de estos 10 años, donde mi padre y mi madre por otro lado, fueron procesando mi vínculo con Triana, mi decisión de tener un hijo, de tener dos… mi decisión de vivir como vivo y en ese ir procesando muchas veces sonaron palabras duras de ambos lados, o incomprensión explícita o solapada que en ese momento nos destrozaron.
Traté de explicarle, pero fue un poco difícil hacerlo telefónicamente, me decía una y otra vez que a Triana la quieren, qué por qué creo que no… en fin, son esas ocasiones donde escasea la fluidez de diálogo, donde deben pasar los días.
Con Triana nos pusimos a conversar respecto a lo sucedido… me sorprendió sobremanera que a mi papá y a su señora les haya interesado lo que digo en una publicación de una revista gay, que se hayan mostrado muy angustiados por ese motivo, y les pido disculpas porque mi intención no fue lastimarlos, sino transmitir a los que leyeran, que muchas veces puede ser complicado el proceso de conformar una familia homoparental, pero que vale la pena.
Tomamos una decisión: mirar nuestro alrededor y no el pasado, tanto su familia como la mía pueden en alguna ocasión ( o en varias) haber cometido errores, pero nuestro presente es muy diferente: Tato y Tinchi son nietos de abuelos que los aman, tanto por el lado de mi papá y su esposa que estuvieron cerca en todo el proceso de mis embarazos y después; o de mi mamá y su esposo que domingo por medio podemos compartir asados junto a mis hermanos, sus parejas y sus hijos; o los padres de Triana que cuando los vemos los tratan como al resto de sus nietos; o mi abuela que adora a Triana como a una nieta más…
El tiempo todo lo cura, todo lo arregla y equilibra.
Traté de explicarle, pero fue un poco difícil hacerlo telefónicamente, me decía una y otra vez que a Triana la quieren, qué por qué creo que no… en fin, son esas ocasiones donde escasea la fluidez de diálogo, donde deben pasar los días.
Con Triana nos pusimos a conversar respecto a lo sucedido… me sorprendió sobremanera que a mi papá y a su señora les haya interesado lo que digo en una publicación de una revista gay, que se hayan mostrado muy angustiados por ese motivo, y les pido disculpas porque mi intención no fue lastimarlos, sino transmitir a los que leyeran, que muchas veces puede ser complicado el proceso de conformar una familia homoparental, pero que vale la pena.
Tomamos una decisión: mirar nuestro alrededor y no el pasado, tanto su familia como la mía pueden en alguna ocasión ( o en varias) haber cometido errores, pero nuestro presente es muy diferente: Tato y Tinchi son nietos de abuelos que los aman, tanto por el lado de mi papá y su esposa que estuvieron cerca en todo el proceso de mis embarazos y después; o de mi mamá y su esposo que domingo por medio podemos compartir asados junto a mis hermanos, sus parejas y sus hijos; o los padres de Triana que cuando los vemos los tratan como al resto de sus nietos; o mi abuela que adora a Triana como a una nieta más…
El tiempo todo lo cura, todo lo arregla y equilibra.