Nos resulta complicado conocer el límite de las exigencias, el comienzo o final de lo que proyectamos para nuestros hijos, lo que les debemos transmitir…
Tato es un ser que se destaca por la fidelidad a su familia y esencialmente por la fidelidad a sus propias convicciones.
Comenzó 1º grado y lucha por encontrar la lógica de lo necesario de aprender a leer, o de la diferencia de que su seño le ponga en el cuaderno una “carita feliz” o una “carita triste”… Se detiene en otras cosas que son para él más importantes: compartir sus galletitas con sus amigos, reírse de un chiste, contar lo que el otro día le leí sobre una lluvia de arañas caídas en Salta, realizar un experimento para mostrarle a Triana, elaborar una torta siguiendo una receta de cocina conmigo, hacer reír a Tinchi…
Me mira todavía extrañado cuando me pongo contenta si lee una palabra de corrido a desgano y me evade con preguntas como: “¿Quién inventó el coliflor, con esa forma que parece un cerebro y con un olor tan feo?”.
Pienso un poco y le contesto con otra pregunta: “¿Dios?”, Tato sonríe…
- “¿Vos no creés en Dios no?”- le digo.
- “Y, no… pienso que si el diablo alguna vez le ganó, ya no es poderoso y para ser Dios debe ser el más poderoso…”
Y sí, tiene lógica lo que dice, mucha lógica…
Tato es un ser que se destaca por la fidelidad a su familia y esencialmente por la fidelidad a sus propias convicciones.
Comenzó 1º grado y lucha por encontrar la lógica de lo necesario de aprender a leer, o de la diferencia de que su seño le ponga en el cuaderno una “carita feliz” o una “carita triste”… Se detiene en otras cosas que son para él más importantes: compartir sus galletitas con sus amigos, reírse de un chiste, contar lo que el otro día le leí sobre una lluvia de arañas caídas en Salta, realizar un experimento para mostrarle a Triana, elaborar una torta siguiendo una receta de cocina conmigo, hacer reír a Tinchi…
Me mira todavía extrañado cuando me pongo contenta si lee una palabra de corrido a desgano y me evade con preguntas como: “¿Quién inventó el coliflor, con esa forma que parece un cerebro y con un olor tan feo?”.
Pienso un poco y le contesto con otra pregunta: “¿Dios?”, Tato sonríe…
- “¿Vos no creés en Dios no?”- le digo.
- “Y, no… pienso que si el diablo alguna vez le ganó, ya no es poderoso y para ser Dios debe ser el más poderoso…”
Y sí, tiene lógica lo que dice, mucha lógica…