Nos resultó muy doloroso a Triana y a mi estar circunstancialmente separadas este día tan importante para nuestro hijo.
El lunes bien temprano fuimos con Tinchi y Tato al colegio. Los minutos se hacían muy largos, no llegaba ninguno de sus compañeros. La primera en hacerlo fue la nena de la cual está enamorado hace más de un año, fue tal su timidez que no pudo siquiera mirarla o saludarla, aunque se quedaron uno muy junto al otro.
Triana llamaba al celular cada 10 minutos, nos enviaba mensajes de aliento.
Cantamos el himno, la directora dijo unas palabras, mientras los niños comenzaron a ser acomodados en la fila por estatura… Tato fue separado de su mejor amigo porque en las vacaciones su compañero no había crecido y mi hijo le llevaba una cabeza, eso lo amedrentó un poco.
Terminó la ceremonia, realizamos una actividad juntos y llegó el momento de separarnos… Tinchi se le acercaba a chupetearle el mentón como siempre lo hace, yo le revolvía el cabello dándole valor para encarar este ciclo nuevo.
En su carita se leía desconcierto, temor, curiosidad, y en mi corazón sentía que mi nene chiquito, estaba creciendo, mis ojos se llenaron de lágrimas, estaba muy emocionada.
El lunes bien temprano fuimos con Tinchi y Tato al colegio. Los minutos se hacían muy largos, no llegaba ninguno de sus compañeros. La primera en hacerlo fue la nena de la cual está enamorado hace más de un año, fue tal su timidez que no pudo siquiera mirarla o saludarla, aunque se quedaron uno muy junto al otro.
Triana llamaba al celular cada 10 minutos, nos enviaba mensajes de aliento.
Cantamos el himno, la directora dijo unas palabras, mientras los niños comenzaron a ser acomodados en la fila por estatura… Tato fue separado de su mejor amigo porque en las vacaciones su compañero no había crecido y mi hijo le llevaba una cabeza, eso lo amedrentó un poco.
Terminó la ceremonia, realizamos una actividad juntos y llegó el momento de separarnos… Tinchi se le acercaba a chupetearle el mentón como siempre lo hace, yo le revolvía el cabello dándole valor para encarar este ciclo nuevo.
En su carita se leía desconcierto, temor, curiosidad, y en mi corazón sentía que mi nene chiquito, estaba creciendo, mis ojos se llenaron de lágrimas, estaba muy emocionada.