
Esta mañana, mientras le daba la leche al mayor y el pequeño se desperezaba por la luz que entraba por la ventana, Tato me dice:
- Má, ayer soñé con una bruja, que los chicos teníamos que luchar y ganarle.
- ¿Y qué pasó?
- Le ganamos… Ayer no te pude “decir algo” porque me quedé dormido.
(Aclaración: “decir algo” es una frase utilizada en complicidad con Triana, utilizada cada noche para ir a jugar a la lucha en la cama grande.)
- Sí, traté de despertarte pero no pude.
- ¿Creés que la bruja de mis sueños eras vos?
- ¿A vos que te parece?
- Que sí.
- Ah, bueno…
Brujas, monstruos y oscuridades conviven con nosotros sin darnos cuenta, formando la contracara de la realidad llena de luz.