Las visitas a la obstetra son más seguidas ahora, incluyendo monitoreo fetal, medición de panza, riesgo quirúrgico para mí, marcándonos que sólo faltan días para verle la cara a Tinchi. No paro de subir de peso, los que me rodean me dicen que ya es tarde para preocuparse, o para retarme.
Estamos felices los tres, la familia entera. Uno de los abuelos: mi papá junto a su esposa (una de las abuelas), nos trajo de regalo pañales como para 6 meses y otra de las abuelas: mi mamá, junto a su esposo (otro de los abuelos) el fin de semana pasado nos obsequió el cochecuna para que su nieto menor pudiera pasear apenas pueda.
La llegada de Tinchi es inminente.
Triana comenzó a modificar cosas de la casa: realizó una mesa, una escalera, puso cuatro muebles en la cocina, está haciendo lugar para poner la cuna, hizo espacio en el placard para las cosas del bebé. Está preparando el nido.
Tato está más demandante, como suponiendo quizás que pronto nos compartirá, pero está cariñoso, es que es un buen tipo, un amor de persona, ayer estaba cansada y me obligó a recostarme un rato.
Yo, la mamá gestante, sigo empollando, intentando comenzar mi duelo por la panza que pronto no tendré, preparando el bolso para llevar al hospital el día del parto, acomodando la ropita según los tamaños, tomando valor para la anestesia peridural, hablándole mucho para que cuando esté afuera, al escuchar mi voz se sienta más tranquilo.
Estamos felices los tres, la familia entera. Uno de los abuelos: mi papá junto a su esposa (una de las abuelas), nos trajo de regalo pañales como para 6 meses y otra de las abuelas: mi mamá, junto a su esposo (otro de los abuelos) el fin de semana pasado nos obsequió el cochecuna para que su nieto menor pudiera pasear apenas pueda.
La llegada de Tinchi es inminente.
Triana comenzó a modificar cosas de la casa: realizó una mesa, una escalera, puso cuatro muebles en la cocina, está haciendo lugar para poner la cuna, hizo espacio en el placard para las cosas del bebé. Está preparando el nido.
Tato está más demandante, como suponiendo quizás que pronto nos compartirá, pero está cariñoso, es que es un buen tipo, un amor de persona, ayer estaba cansada y me obligó a recostarme un rato.
Yo, la mamá gestante, sigo empollando, intentando comenzar mi duelo por la panza que pronto no tendré, preparando el bolso para llevar al hospital el día del parto, acomodando la ropita según los tamaños, tomando valor para la anestesia peridural, hablándole mucho para que cuando esté afuera, al escuchar mi voz se sienta más tranquilo.