Hace unos años, jamás hubiese pensado que en estos tiempos de fin de año, mi protagonismo pasaría a un lado, pero así fue desde que soy madre.
Esta Navidad lo pasamos junto a todos mis hermanos, a mis sobrinos, a la abuela Italia y al abuelo (esposo de esta abuela.) que les agradesco habernos cedido esos días hasta su cama para que durmiéramos más cómodas.
Tato días antes había hecho una cartita a Papá Noel, agradeciendo la familia hermosa que le había tocado, con un dibujito y un pedido de unos juguetes y un hermanito. Su grado de ansiedad era muy intenso, haciéndolo despertar muuuuuuy temprano semanas antes de Nochebuena.
Llegó el 24, cerca de la medianoche, Triana partió a paso lento (como se lo permite la operación) a disfrazarse de Papá Noel, para pasar por el jardín en penumbras y ser vista por los pequeños.
Medianoche: gritos de algarabía, a lo lejos Triana vestida de rojo pasaba corriendo luego de haber dejado los regalos y las caritas de los chicos era de sorpresa y felicidad. Sus relatos posteriormente, fueron acompañados luego de anécdotas como haberlo visto a Santa saltar la pared, o haber visto también los renos.
Este año me gustó ser una simple participante tranquila y observadora: con mi familia que nos acompañó con mucha alegría y amor, con mi Triana Santa Claus, mi Tato ilusionado y mi Tinchi ahí en la pancita creciendo como Dios manda. ( la semana pasada lo vi por primera vez en una ecografía!)
Esta Navidad lo pasamos junto a todos mis hermanos, a mis sobrinos, a la abuela Italia y al abuelo (esposo de esta abuela.) que les agradesco habernos cedido esos días hasta su cama para que durmiéramos más cómodas.
Tato días antes había hecho una cartita a Papá Noel, agradeciendo la familia hermosa que le había tocado, con un dibujito y un pedido de unos juguetes y un hermanito. Su grado de ansiedad era muy intenso, haciéndolo despertar muuuuuuy temprano semanas antes de Nochebuena.
Llegó el 24, cerca de la medianoche, Triana partió a paso lento (como se lo permite la operación) a disfrazarse de Papá Noel, para pasar por el jardín en penumbras y ser vista por los pequeños.
Medianoche: gritos de algarabía, a lo lejos Triana vestida de rojo pasaba corriendo luego de haber dejado los regalos y las caritas de los chicos era de sorpresa y felicidad. Sus relatos posteriormente, fueron acompañados luego de anécdotas como haberlo visto a Santa saltar la pared, o haber visto también los renos.
Este año me gustó ser una simple participante tranquila y observadora: con mi familia que nos acompañó con mucha alegría y amor, con mi Triana Santa Claus, mi Tato ilusionado y mi Tinchi ahí en la pancita creciendo como Dios manda. ( la semana pasada lo vi por primera vez en una ecografía!)