
Toda la semana la pasábamos de médico en médico y afrontamos juntas el curso de preparto. ( Ante la mirada atónita de otras parejas.)
Llegó el día: nos habíamos acostado a la madrugada, luego de una cena ( donde comí pastel de papa, última comida donde estaba sin hijo!). A las 4 y media de la madrugada se movió Tati en mi panza y un ruidito que me despertó, me incorporé y fisuré bolsa ( me empapéeee). Corrí hasta el baño tratando de recordar los pasos siguientes, hice un llamado telefónico, desperté a Triana, me bañé y nos fuimos a internar. A las 5 y 20 llegamos al hospital y comencé el trabajo de parto, siempre con Triana al lado, que correteaba por los pasillos hospitalarios diciendo que mi nene tenía cabeza muuuuuy grande y que me dolería demasiado, que me hicieran cesarea, mientras iba con la ultima ecografía flameando. Llegué al máximo de dilatación, pero Tati, ascendió y se quedó ahi, con la colita parada. Ayyyyyyy.... luego de muchas contracciones e intentos: quirófano, me llevaron a cesárea, me alejaron de Triana, que se quedó protestando. Procedieron, y escuche un "Ohhhhh!!!! es inmenso!!!" y lo vi: hecho un rollito, las piernitas levantadas, sus huevitos, sus ojazos... lo llené de besos y le dije la frase que había planeado decirle y recordar: "Bebé te amo", pero pensé " Y esa nariz!!!!????" porque la tenía achatadita por haber estado apoyado vaya a saber donde, y seguí besándolo.
Luego de no se cuanto, me llevaron a la habitación, la 1º en entrar por supuesto fue Triana que dijo: " Viste que hermoso es? Viste lo que tenemos acá?" mientras ambas no parábamos de llorar...