
Triana, Tato y yo estamos embarcados en una nueva aventura: un universo atemporal plagado de momentos mágicos, principitos, sonrisas simples, baños multitudinarios, explosiones estomacales abruptas, trompitas con carita de monito curioso…
Tato: unos ojos verdes profundos llenos de incógnitas, que nos miran, que ve en su pequeño hermano la fiel copia de lo que él deseaba como compañero de toda una vida… y ahí están juntos, abrazados, tirados en la cama, esperando que hable, que juegue, que comparta, mientras paciente tira pañales sucios, alcanza toallitas, el jabón de glicerina… Sorprendentemente no duda de nuestro amor, no siente celos, tolera que el cansancio a veces nos juegue una mala pasada, diciéndonos: “¿Están malas porque están cansadas?”, perdonándonos siempre.
Tinchi: ojitos marrones pícaros, luminosos, boquita con formita de “o”, dando pequeños soniditos como de delfín. Pequeña bolita amorosa “hace pis y caca”, manos grandes, un Tato en miniatura. Actual despertador de nuestros días.
Triana: compañera de la vida, única persona en el universo con la que hubiese podido armar esta hermosa familia. Dadora de amor, de regalos, de caricias, madraza con capacidad amatoria máxima, superior a la mía. La amo y la admiro.
Yo: acá estoy, sin dormir, pura teta, demandante de amor, compartiendo mi felicidad con ella y los principitos, sorprendiéndome todavía de la capacidad que tenemos como madres de multiplicar nuestro amor en dos hijos.
Tato: unos ojos verdes profundos llenos de incógnitas, que nos miran, que ve en su pequeño hermano la fiel copia de lo que él deseaba como compañero de toda una vida… y ahí están juntos, abrazados, tirados en la cama, esperando que hable, que juegue, que comparta, mientras paciente tira pañales sucios, alcanza toallitas, el jabón de glicerina… Sorprendentemente no duda de nuestro amor, no siente celos, tolera que el cansancio a veces nos juegue una mala pasada, diciéndonos: “¿Están malas porque están cansadas?”, perdonándonos siempre.
Tinchi: ojitos marrones pícaros, luminosos, boquita con formita de “o”, dando pequeños soniditos como de delfín. Pequeña bolita amorosa “hace pis y caca”, manos grandes, un Tato en miniatura. Actual despertador de nuestros días.
Triana: compañera de la vida, única persona en el universo con la que hubiese podido armar esta hermosa familia. Dadora de amor, de regalos, de caricias, madraza con capacidad amatoria máxima, superior a la mía. La amo y la admiro.
Yo: acá estoy, sin dormir, pura teta, demandante de amor, compartiendo mi felicidad con ella y los principitos, sorprendiéndome todavía de la capacidad que tenemos como madres de multiplicar nuestro amor en dos hijos.