
“No entiendo mucho el paso del tiempo, trato de darme cuenta preguntando cuándo será mi cumpleaños y sé que mi hermanito nacerá cerca de esa fecha.
Hay días que me siento raro, con miedo de no se qué, al principio lo único que sugerí es que le compraran una cuna para que no me hiciera pis y caca en mi cama.
Yo no pedí un hermanito como hacen otros nenes, así que esa noticia me vino bastante de sorpresa, por las noches pensaba que quizás dejarían de quererme, que si me decían cosas lindas era solo para conformarme.
Después me dio un poco de bronca cuando Tinchi la dejaba acostada a mami, haciendo reposo, porque no podía jugar tanto conmigo, pero pude disimularlo, la cuidaba y así me ganaba besos, mimos y halagos de ella y frases de Triana como: “¡Ahí está el machote de la madrina!” Que me hacían poner colorado y feliz.
Ahora tengo ansiedad por conocerlo, pero cuando le digo a mami, me responde que aún no puede nacer, que todavía se está haciendo, como si fuera un budín de pan, o un flan… pero que ya falta poco.
Mami está regorda, panzona, se cansa al caminar y camina como un pato, el otro día le pregunté si luego de todo esto volvería a ser linda como antes, me dijo que si.
Triana está todo el tiempo lavando la ropita de Tinchi, haciendo lugar en mi placard, y mimos a mami… le habla a mi hermano desde el ombligo, me da un poco de celos, pero lo aguanto…
Yo tengo sentimientos extraños, trato de distraerme con una nena que me tiene enamorado, pero pienso mucho en Tinchi que ya falta poco para conocerlo.
Quiero que se parezca a mi, que pueda aprender cosas que yo le enseñe y que se sienta contento de tener un hermano mayor como yo. Quiero aprender a quererlo mucho, dicen mis mamis que eso me va a salir fácil.
Tato.”
Hay días que me siento raro, con miedo de no se qué, al principio lo único que sugerí es que le compraran una cuna para que no me hiciera pis y caca en mi cama.
Yo no pedí un hermanito como hacen otros nenes, así que esa noticia me vino bastante de sorpresa, por las noches pensaba que quizás dejarían de quererme, que si me decían cosas lindas era solo para conformarme.
Después me dio un poco de bronca cuando Tinchi la dejaba acostada a mami, haciendo reposo, porque no podía jugar tanto conmigo, pero pude disimularlo, la cuidaba y así me ganaba besos, mimos y halagos de ella y frases de Triana como: “¡Ahí está el machote de la madrina!” Que me hacían poner colorado y feliz.
Ahora tengo ansiedad por conocerlo, pero cuando le digo a mami, me responde que aún no puede nacer, que todavía se está haciendo, como si fuera un budín de pan, o un flan… pero que ya falta poco.
Mami está regorda, panzona, se cansa al caminar y camina como un pato, el otro día le pregunté si luego de todo esto volvería a ser linda como antes, me dijo que si.
Triana está todo el tiempo lavando la ropita de Tinchi, haciendo lugar en mi placard, y mimos a mami… le habla a mi hermano desde el ombligo, me da un poco de celos, pero lo aguanto…
Yo tengo sentimientos extraños, trato de distraerme con una nena que me tiene enamorado, pero pienso mucho en Tinchi que ya falta poco para conocerlo.
Quiero que se parezca a mi, que pueda aprender cosas que yo le enseñe y que se sienta contento de tener un hermano mayor como yo. Quiero aprender a quererlo mucho, dicen mis mamis que eso me va a salir fácil.
Tato.”
(Extraído de varias conversaciones embarazosas.)