viernes, 6 de marzo de 2009

Tato comenzó la primaria.


Nos resultó muy doloroso a Triana y a mi estar circunstancialmente separadas este día tan importante para nuestro hijo.
El lunes bien temprano fuimos con Tinchi y Tato al colegio. Los minutos se hacían muy largos, no llegaba ninguno de sus compañeros. La primera en hacerlo fue la nena de la cual está enamorado hace más de un año, fue tal su timidez que no pudo siquiera mirarla o saludarla, aunque se quedaron uno muy junto al otro.
Triana llamaba al celular cada 10 minutos, nos enviaba mensajes de aliento.
Cantamos el himno, la directora dijo unas palabras, mientras los niños comenzaron a ser acomodados en la fila por estatura… Tato fue separado de su mejor amigo porque en las vacaciones su compañero no había crecido y mi hijo le llevaba una cabeza, eso lo amedrentó un poco.
Terminó la ceremonia, realizamos una actividad juntos y llegó el momento de separarnos… Tinchi se le acercaba a chupetearle el mentón como siempre lo hace, yo le revolvía el cabello dándole valor para encarar este ciclo nuevo.
En su carita se leía desconcierto, temor, curiosidad, y en mi corazón sentía que mi nene chiquito, estaba creciendo, mis ojos se llenaron de lágrimas, estaba muy emocionada.

viernes, 20 de febrero de 2009

La extraña gran satisfacción de saber cambiar un “cuerito” de la canilla


Hace una semana que la canilla del baño perdía… primero fue una gotita, luego una cantidad que me hacía replantear cuánta agua desperdiciaba por día, con la falta que hace en algunos lugares del mundo. Triana sigue de viaje, sigo siendo sostén de familia único hasta que ella retorne (espero que sea muy pronto)
Me levanté decidida, anoté en mi agenda: COMPRAR CUERITOS y eso hice apenas retorné del trabajo.
Merendé con Tato, le di la teta a Tinchi, y no postergué más el asunto… Empecé a desatornillar todo los tornillitos que iba encontrando, memorizando cómo iba cada parte. No pude cortar el agua para hacerlo, por lo tanto llegaba la parte más húmeda, donde debía actuar con rapidez: un gran chorro de agua estaba frente a mi, mientras el cuerito roto bailaba encima, lo saqué, coloqué el otro… fui poniendo todo en su lugar: ¡¡LO LOGRÉ!!

Reflexioné sobre el asunto, sobre esa extraña satisfacción de saber cambiar un “cuerito” por primera vez… y me di cuenta que muchas veces uno busca grandes objetivos por lograr y que a nuestro alrededor, hay pequeñas pruebas que nos llenan de satisfacción.

sábado, 7 de febrero de 2009

Sueños de niño



Siempre sentí que tenía un hijo especial, cariñoso, tierno, sensible, pensante, solidario, protector de la naturaleza, bondadoso con su hermano… Tato no deja de sorprenderme.
Hace una semana me pidió un diario íntimo y aunque no sabe escribir, lo quiso para poder “anotar cosas para recordarlas cuando sea grande… Má, ¿adonde puedo guardar las cosas para tenerlas cuando sea grande?” me preguntó preocupado.

Tenemos un balcón muy amplio, donde podemos sentarnos en las tardecitas a hablar, estábamos los tres (Tinchi sumado a la charla) y le comenté en esa ocasión que había leído que un señor ( Randy Pausch) dijo que los sueños de niño hay que recordarlos y cumplirlos para poder ser el día de mañana un adulto feliz con sus logros, y comenzamos a hablar de los sueños, si los recordaba, si eran muchos...
“¿Soñabas con tener un hijo como yo?” dijo mientras corría y traía entre sus manos su diario.

“Ayudame, quiero anotar mis sueños y todavía no se escribir... haber... ah!! ya sé: 1- ver nadar tiburones en el mar;
2- cazar pulpos; 3- escalar montañas; 4- ser un superhéroe; 5- que exista isla acaramelada; 6- ser un buen padre; 7- defender siempre a mi hermano; 8- fabricar juguetes... si se me ocurren otros los voy a anotar más abajo. ¿Pero esto se cumple solo o tengo que trabajar para lograrlo?”

Seguimos charlando, Tato ya con la mirada perdida entre cielo y edificios, seguramente, planeando por donde empezar…