lunes, 20 de septiembre de 2010

Los límites

Nos cuesta, nos cuesta y nos cuesta ponerles los límites… ya sea por desconocer, por seducción varonil de ambos, por tener en otras cosas buena conducta, por ser respetuosos con los demás, simpáticos y amables… en fin, podríamos enumerar mil razones, pero a veces se nos escapan los momentos en los que deberíamos decir: basta, hasta acá, cortala, no lo hagas más.
Ni siquiera se nos pasa por la cabeza el pensar: pobrecitos… tan chiquitos o tan no se qué… es peor, a veces ni nos damos cuenta y después ya es tarde.
Si, ya sabemos, recién tienen 8 y 2 años, todo lo que hacen se puede reparar, pero… ¿y a futuro? ¿Cómo se hace?
¿Cuántas horas de compu? ¿Cuántas horas de tele? ¿Debe practicar guitarra si pidió aprender? ¿Debe practicar patineta y bicicleta? ¿Cómo enfrentar los cuestionamientos continuos de Tato respecto a sus derechos, a ser un niño moderno, a necesitar conocer también a través de los medios de comunicación? ¿Cómo se combate su aburrimiento?
Lo lograremos… pero les aseguro que consejos, libros y experiencia, con un niño… o dos… nunca son suficiente.

sábado, 18 de septiembre de 2010

En Argentina: Madre no hay una sola


La Argentina, con todas sus cosas, ha dado este año un paso importantísimo en materia de igualdad: primero la Ley de Matrimonio Igualitario, y hace una semana, la noticia que recorrió los noticieros: Nació el primer niño de un matrimonio de mujeres, que pudo ser anotado como hijo de las dos. Me llenó de felicidad, por otro lado me hizo sentir muy antigua en nuestro proyecto de dos hijos con Triana, donde Tato y Tinchi, deberán pasar por no sé aún qué pruebas para poder llevar el apellido de sus dos mamás…
Tato de a ratos entiende estas cuestiones legales con la razón, pero una y otra vez, se le nubla por el sentir de su corazón: no puede entender cómo la ley no la reconoce de un modo más simple a su mami Triana, no entiende cómo no tiene la nacionalidad española, como tiene ella, o no entiende por qué no puede acceder ella a algunas cosas a la que tengo yo sola derecho… y eso que Tato tuvo que crecer junto a nosotras en nuestro concepto de familia. Los que nos leen desde el principio, recordarán, que inicialmente le propusimos una familia constituida por una mamá y una madrina, palabra que fuimos descartando en estos años, acorde fuimos madurando y cuando dejó de encajar con lo que Tato sentía (él la descartó).
Ojalá muchos sectores de la sociedad, sintieran y pensaran como niños…

domingo, 29 de agosto de 2010

Identidad.

Tato es un ser muy especial, puede compartir su tiempo con cualquier niño: desde el más tranquilo, al más inquieto o peleador y todos lo aprecian muchísimo. Me llena de orgullo las palabras de las madres de los otros con halagos hacia él.
La semana pasada, vino un compañerito de colegio a la casa y comenzó a preguntar, camino a casa, en plena calle, esas preguntas que muchas veces nos creímos preparadas para responder:
- ¿Cómo hiciste para tener a Tato si no tiene un papá? Porque hace falta un varón y una mujer…
- Me ayudó un doctor, él tenía espermatozoides de un donante y los unió con el óvulo mío.
- Pero… ¿a mi mamá y a mi papá también lo ayudó un doctor?
- Em… no sé, creo que no, preguntale a ellos…
- ¿Pero cómo se unen un óvulo y un espermatozoide?
- Preguntale a tus padres.
Tato escuchaba con atención y acotaba, pero de pronto dijo: - Pero mami… si un varón dejó sus espermatozoides… entonces yo tengo un padre!? Dudo ahora de que vos seas mi verdadera madre entonces…- Pero Tato… ¿cómo? Vos estuviste en mi panza… tenés dos mamás: Triana y yo.
- ¿El donante era mi papá, tenía novia? Porque entonces mi verdadera madre era esa y no ustedes! ¿Por qué el donante me abandonó?- Tato, a vos no te abandonó nadie, no conozco ninguna persona que te haya abandonado. Y el donante no es tu papá, un papá es alguien que comparte cosas, enseña, reta, juega con su hijo, vos no tenés un papá. El donante no es un papá, él dió espermatozoides para aquellas personas que no podían tener hijos… Después seguimos hablando si?
El amiguito continúa: - ¿Dónde te conociste con Triana? ¿Son amigas y luego decidieron tener a los hijos?
Llegamos a casa y los chicos se sumergieron en la vorágine de juegos, dándome tiempo a pensar nuevas respuestas… llamé a Triana.
Cuando siguió la conversación Tato me preguntó por el donante, los datos que tuviese de él: el color de ojos, si jugaba al fútbol, lugar de residencia… le conté que el donante es anónimo y que es imposible conocer algún dato, exclamando:
- Lo quiero conocer, lo voy a buscar, debe ser alguien parecido a mí... sólo para ver cómo es.
- ¿Qué querés saber?
- No sé… ¿Tinchi tiene la misma sangre que yo? Es del mismo donante?
- Si.
- ¡Qué bueno! ¡Los dos tenemos la misma sangre completa! Porque de vos solo tengo la mitad.
Llegó Triana y le explicamos que donar espermatozoides es como cuando se dona órganos, o sangre, que es un acto noble para aquellas personas que no podemos acceder a lo que deseamos por si solas, o por temas de salud.
- Ya entendí madres.
- ¿Listo?
- Sí.
El día terminó.