lunes, 28 de septiembre de 2009

Cada hijo tiene su singularidad

Ambos niños nos sorprenden, ambos esperan el momento para llenarnos de besos, abrazarnos o jugar a la lucha, donde reímos los 4 hasta cansarnos.
Tato nunca pierde la calma, siempre “hace” que pega, siempre espera su turno, nunca rompió un libro y solo una vez tocó un enchufe.
Tinchi se encapricha tozudamente, pega, muerde o babea con absoluta intencionalidad, dejando heridas de guerra, quiere ser único y primero, destroza los libros, folletos o revistas que se le crucen por su camino y una y otra vez toca las cosas peligrosas, calientes o prohibidas.
Tato se muestra pensativo, expresa lo que siente, cuestiona, disfruta de grandes charlas, de los amigos, es obediente.
Tinchi es inquieto, no dice más que cinco o seis palabras, todo el tiempo le decimos ¡¡Noooooooo!! respondiendo con una sonrisa de 8 dientes.
Al final del día, cuando ya los dos están dormidos, conversamos respecto a cómo estamos haciendo las cosas, como los estamos criando, les cortamos las uñitas si es necesario, los tapamos y les damos un beso que les dure toda la noche.

martes, 8 de septiembre de 2009

Tinchi el niñito pícaro (¿o increíble terremoto?)


Hace una semana, fui a buscar a Tinchi a la guardería que concurre desde que tiene 3 meses y medio. La docente me miró simulando consternación, mientras el pequeñito le abría la puerta con fuerzas para agarrarse de mi pierna y darme una especie de beso y mordisco baboso.
- ¿En tu casa muerde?
- Eh… si, un poco y a veces…
- Bueno, hoy estaba en el corralito y le daba besos a un nene, repentinamente explotó en llanto y lo estaba mordiendo… lo sacamos cuando por segunda vez mordió a otro niño, lo pusimos en un rincón y caminaba diciendo Tet!! Tet!! ¿A vos te dice así?
- No, a su madrina…
- Como no le decíamos nada… le tiró del pelo a una bebé que se asomaba por la cuna…
- Bueno, no se debe hacer eso Tinchi… - le dije de modo firme, conteniendo la risa, mientras me miraba serio.
Hoy algo volvió a suceder: la otra docente me informó que abrió la puerta y se escapó, mientras gritaba ¡Tet!! ¡Teeeeet! Y al reingresarlo a la salita abrió la heladera y tiró los yogures que estaban allí, bebiendo mamaderas de sus compañeros…
Cada hijo es diferente y este creo que se presenta como un pequeño y adorable terremoto!!!!!


miércoles, 12 de agosto de 2009

Tus primeros pasos, petizo

Hace un mes y algo, Tinchi andaba quejándose, entre gateo y arrastrarse, para poder acercarse adonde estaba sentado en el suelo su hermano mayor. Lo observaba, con impulso materno reprimido de sujetarlo, para que no se golpeara, pero me contuve. Tinchi seguía avanzando con esfuerzo, hasta que llegó al borde del sillón, agotado, pero feliz.
Tato continuaba mirando televisión y por el rabillo del ojo no dejaba de cuidarlo…: “Tinchi, vení”- le ordenó y el petizo valiente, abandonó su lugar seguro, se soltó despacito y dio unos pasitos hacia su hermano, para poder abrazarlo y llenarlo de baba y amor.
A partir de ese momento… Tinchi no paró de caminar.