miércoles, 12 de agosto de 2009

Tus primeros pasos, petizo

Hace un mes y algo, Tinchi andaba quejándose, entre gateo y arrastrarse, para poder acercarse adonde estaba sentado en el suelo su hermano mayor. Lo observaba, con impulso materno reprimido de sujetarlo, para que no se golpeara, pero me contuve. Tinchi seguía avanzando con esfuerzo, hasta que llegó al borde del sillón, agotado, pero feliz.
Tato continuaba mirando televisión y por el rabillo del ojo no dejaba de cuidarlo…: “Tinchi, vení”- le ordenó y el petizo valiente, abandonó su lugar seguro, se soltó despacito y dio unos pasitos hacia su hermano, para poder abrazarlo y llenarlo de baba y amor.
A partir de ese momento… Tinchi no paró de caminar.

jueves, 16 de julio de 2009

Sobre Gripe A, cuarentena, hospedaje y amistad

Nuestro país es azotado por una pandemia provocada por una Gripe, situación que ha modificado mucho de lo cotidiano, desde el cierre de lugares públicos, licencias sanitarias, grandes temporadas encerrados en cuarentena, sobrevaluación de barbijos y miradas de bronca para aquel que tose sin taparse la boca…
En el medio de todo esto nuestra casa se convirtió en un hogar donde hospedamos a unas amigas de Chile y a otras amigas de Uruguay, que de modo gradual a su vez, recibieron las visitas de algunas integrantes de Fhoiar.
Fue una semana plagada de charlas, de risas, de mimos, de desayunos y cenas interminables, de mates, pan con aceite de oliva y facturas.
Cualquiera que lee cree que vivimos en una gran mansión, pero nuestra casita apenas supera los 65 metros cuadrados. Casa pequeña, pero corazón grande… Gracias por todo lo que nos dieron.


p.d: si quieren curiosear sobre la visita con más detalle puede leerse en http://maternidadl.blogspot.com/ la entrada "Baires".

domingo, 28 de junio de 2009

Tato y su amigo

No es nuevo que uno como adulto tiene mucho que aprender de un niño: del modo de ver las cosas, de su sensibilidad, de sus observaciones, de su sorprenderse con el mundo.
Tato se hizo muy amigo de “P”, que es el hijo de unas muy queridas amigas nuestras. “P” tiene su edad, una mente absolutamente soñadora que hace que cada vez que juegan se sumerjan en aventuras de príncipes, piratas, egipcios, enanos malvados y batallas medievales. Al principio Tato lo observaba intentando comprender y aprender de él, pronto pudo adquirir la plasticidad para disfrutar de esas aventuras.
Hoy son absolutamente inseparables, guardan secretos, son cómplices, planean recostados en el suelo vivir juntos de adultos cuando emigren de su casa, toleran los enojos de cada uno, los llantos, se cuidan si a alguno de ellos les duele la panza o la cabeza, son frontales y disfrutan cada minuto que están juntos, se quieren… uno crece con el otro, eso es amistad.