viernes, 29 de marzo de 2013

Salta y Jujuy


     Nos levantamos temprano con la idea de retornar a Buenos Aires, apenas podía caminar, rengueaba, usando muletas, casi en silencio y consternación nos pusimos a hacer todo el equipaje. Tato, nuestro niño mayor dijo: “Las vacaciones no deben ser perfectas, pero si inolvidables…” Silencio y luego Triana dijo: “ Y si seguimos?”… rumbeamos para el lado contrario y partimos a Salta. Luego de 300 km de paisajes maravillosos llegamos a la Capital.
     Qué belleza su estilo colonial, nos recordó a pequeños pueblos españoles.
     Fuimos al Museo de Alta Montaña donde se exponía las momias de niños incas entregados en sacrificio en la montaña. Era un lugar muy especial, ni siquiera se nos ocurría sacar fotos.
     Salimos y luego de una parrillada, nos fuimos la teleférico, viviendo mi realidad de lisiada, topándome con todas las dificultades que otras personas deben cruzarse a diario.
      Llegamos a las 9 de la noche a Tumbaya, donde íbamos a quedarnos esa noche, pero parecía un pueblo fantasma, no encontramos a ningún ser humano! Finalmente seguimos unos pocos kilómetros a Purmamarca, donde nos hospedamos en una cabaña de piedra.
     Desayunamos dulces y panes típicos jujeños y comenzamos el trayecto hacia las salinas grandes. Al más pequeño le hizo muy mal la altura y vomitó todo el tiempo.
     Triana y Tato se bajaron y disfrutaron del paisaje, con Tinchi los veíamos retozar desde el auto. A la salida con nuestro ánimo aventurero, tomamos el trayecto de tierra de la vieja ruta 40 (no recomendable si amas demasiado a tu auto) y llegamos después de muchos saltos al Pueblo de Abra Pampa.
     Lo primero que nos llamó la atención fue que el cementerio era casi más grande que el pueblo mismo, la gente se la veía agotada, con cara de resignados.
     Conseguimos solo un hotel para quedarnos, donde el dueño nos explicó que es un pueblo absolutamente contaminado, por las minerías que se instalan en ese sitio.
     Triana llevó a Tinchi a una salita y lo trataron porque se había deshidratado. Agotados.
     Ya era el día 22 de viaje, temprano nos fuimos a a la Quiaca, Triana y Tato cruzaron a Bolivia, Villazón, cumpliendo nuestro objetivo!
     Ahora el regreso comenzaba: almorzamos en Humahuaca y pasamos nuevamente por Tucumán donde hicimos noche allí.
     Tres días más tarde, llegamos a Buenos Aires, el equipo algo roto, agotado (especialmente Triana) pero con la misión cumplida.
Jujuy: hospedaje con Cerro de 7 colores




Salar de Córdoba


1 comentario:

Vero dijo...

Saben que no conozco ni Salta ni Jujuy, y ya que tengo una reserva de alojamiento en cordoba por unas cuestiones laborales, me pedí unos 4 días extra para conocer un poco mas el norte del país.
El tema es que tengo poco tiempo, que lugares y/o actividades de estos lugares me sugieren que no me pierda?