viernes, 26 de noviembre de 2010

Sano equilibrio

Todo volvió a transcurrir con mayor tranquilidad, luego de disfrutar de unas bellas vacaciones fuera de fecha (si es que para descansar hace falta una época determinada), donde los cuatro nos mimamos, nos conocimos un poco más y nos reconocimos en el otro.
El caminar de Tato es igual al de Triana y su placidez y tranquilidad para expresar sus ideas como yo.
Tinchi y su desfachatez, picardía y sonrisa conquistadora como Triana, su imaginación increíble como su mami Roma.
Triana y su costado de niña: inocente, caprichoso, peleadora, irresistible y bondadosa, donde nos reímos, jugamos, cenamos entre historias de mar y atardeceres dorados, en completa armonía con el sentir y la vida.
Yo, Roma, con esfuerzos desmesurados por dejar la racionalidad, sonriendo apenas abriendo la boca los primeros días de vacaciones y luego (a pedido de Tato) pudiendo reírme a carcajadas.
¡Qué lindo es reírse!