lunes, 22 de marzo de 2010

Sin "esas" ilusiones tambien se vive


Hay diferentes opiniones en la sociedad respecto a la transmisión de la existencia del Ratón Perez, de Santa Clauss, de Los Reyes Magos. Particularmente como familia y por experiencia propia (donde esas ilusiones me hicieron tan feliz)Tato cree en estos seres maravillosos, y es hermoso ver su carita en cada Navidad o cuando le ponemos agua a los camellos... Pero varios de estos personajes, hoy cayeron en desgracia con el siguiente diálogo:
- Má, ¿ el Ratón Perez y el conejo de Pascuas no existen verdad?
- ¿Por qué lo decís?
- Porque los padres ponen el dinero de los dientes y Triana y vos me compran huevos de Pascua...
- Yo no sabía que había conejo de Pascuas, eso es en la tele.
- ¿Y el Ratón Perez? Quiero que me digas la verdad.
- ¿Querés que te diga la verdad?
- Si.
- El conejo de Pascuas ni sabía, el ratón, somos las madres...
- ¿Ustedes me ponen el dinero? Yo creía que me daban mucho dinero porque tenía dientes lindos...
La carita se le puso con un gesto de consternación: - Má, pero Santa si existe. yo vi el gorro de él en la Navidad. (Triana se disfraza, o realiza efectos para que él lo vea así)¿Él y los Reyes existen, verdad? Porqué no sé... me siento tan triste...
- Yo tambien me puse triste cuando me enteré... fue a los 8.
- Mami, me es muy difícil a veces crecer, es duro...

No pude hacer otra cosa que revolverle el cabello, abrazarlo y darle un beso como respuesta, mientras me despedía ( solo por un tiempo) de mi función de Ratona Perez.
Y vaya a saber por qué extraño motivo, hoy Tato me pidió poder bañarse en la bañera, llevando juguetitos para entretenerse... como cuando era más pequeño.

domingo, 14 de marzo de 2010

La vida y sus desafíos


Cuando veo la fecha de la última vez que escribí, siento una sensación de vagancia, de enredarme en las cotidianeidades, o en internet y no poder salir.
Hubo pequeños grandes cambios, desde el mobiliario de la casa, donde cedimos nuestra habitación a los peques para que puedan contar con un espacio más grande de juegos, de sueños, hasta un cambio laboral mío y escolar de Tato, que nos permite compartir el almuerzo, las tardes, la tarea, mientras Tinchi se largó a hablar en un grave vozarrón y se la pasa haciendo payasadas.
Leyendo cosas de hace un año, me doy cuenta cómo hemos crecido, afianzándonos como familia, esencialmente para el afuera y eso a su vez fortaleciéndonos, y si uno se muestra fuerte y seguro, nada ni nadie puede con este equipo de 4.




¡Somos un gran equipo familia!